Por Yamiri Rodríguez Madrid
Los ojos de muchos mexicanos están puestos hoy sobre el caso de los supuestos perros asesinos en Iztapalapa, por lo que la pregunta que muchos se formulan es si un perro, categorizado como el mejor amigo del hombre, es capaz de devorar a cinco personas. Sin embargo, muchos casos de personas asesinadas bajo las garras de sus mascotas se han presentado.
Sin duda alguna, hasta ahora, el caso más polémico y sonada había sido el de un dingo –perros salvajes australianos-, que se llevó a Azaria, una niña desaparecida hace 32 años, al desierto australiano.
Durante más de de tres décadas, la madre no se cansó de narrar esta historia, aunque nadie le creyó porque el cuerpo del bebé de nueve semanas nunca se encontró. Su historia se convirtió en uno de los procesos más largos y famosos de la historia judicial de ese país. El caso se llegó a reabrir cuatro veces. La madre fue acusada de asesinato y sentenciada a cadena perpetua, pasando únicamente tres años en prisión. El padre, por su parte, fue condenado a 18 meses de prisión por complicidad.
Pero si bien en 1987 la pareja fue exonerada de los cargos por una Comisión Real, sus sentencias fueron anuladas, hasta hoy no se había reconocido oficialmente la causa de la muerte de Azaria: El ataque de un dingo. Así, 32 años tuvieron que pasar para esclarecer un caso.
En Yacarta, Indonesia, el año pasado, un hombre fue devorado por sus siete perros, a los que había dejado encerrados en casa sin comida durante dos semanas. Al llegar, el recibimiento fue macabro.
Ya en México, en 2009, noticia sonada fue lo sucedido en una colonia de Nuevo Laredo, Tamulipas, cuando vecinos descubrieron que un joven se había ahorcado al interior de su vivienda un par de días atrás y su perro ya le había devorado parte de sus piernas.
Más cercano, el caso presentado en el 2005 en el estado de Veracruz, cuando el esposo de la entonces diputada local, Gladys Merlín Castro, fue asesinado en su domicilio en Cosoleacaque, por su jauría de rottweiler.
Lo cierto es que tras el caso del Cerro de la Estrella, en donde 36 perros callejeros han sido capturados a la fecha, se ha demonizado a los canes: dicen los que saben de estos temas, que un perro no come a una persona a menos que haya estado durante muchos días encerrado sin poder acceder a comida. Los perros callejeros, libres al fin, comen lo que encuentran a su paso: sobras, bolsas de basura, pero muy rara vez atacan a una persona para devorarla.
Hay razas, por supuesto, que entrenadas, pueden atacar a muerte, como los dóberman, quienes son conocidos por sus ataques a la yugular y cuya raza fue “creada” para ayudar a la difícil labor de los recaudadores de impuestos. Pero el resto de los perros difícilmente se comportaría de esa manera.
El caso ha permeado en todo el país y hoy han salido ya muchas autoridades municipales en el estado, a señalar que les es difícil controlar el caso de los perros y gatos callejeros, aunque insisto, no representan una amenaza latente para la población.
En Brasil, por ejemplo, en la ciudad sureña de Caxias do Sul, , la organización humanitaria 'Só Ama'tiene a los animales en un conjunto de cerca de 1.000 pequeñas casas para perros con un aspecto parecido al de las favelas brasileñas.
En Chile, durante las protestas estudiantiles, los perros callejeros, increíblemente se sumaron a estas, ladrándole a la Policía Antimotines y en ocasiones hasta mordiendo a algunos policías.
Habrá que ver qué es lo que sucederá en el caso Iztapalapa, pero en vía de mientras muchos canes en realidad están teniendo una vida de perros.
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