Por Yamiri
Rodríguez Madrid
La Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señala que las agresiones a periodistas
en México han aumentado en los últimos años, vulnerando diversos derechos de
las personas que ejercen esta labor.
A través de un
curso que este organismo autónomo realiza entorno a la libertad de expresión,
Mariclaire Acosta Urquidi, ex directora de Freedom
House México, plantea que, si bien existen muchos mecanismos legales para
garantizar el quehacer del periodismo en el país, no ha podido ser posible su
completa implementación, por lo que urgió la necesidad, entre otras cosas, de
capacitar además a los servidores públicos en la materia.
Un claro ejemplo
lo vivimos prácticamente todos los días en Veracruz, uno de los estados que
lidera en el país el número de asesinatos y agresiones a periodistas. Tal y
como lo han documentado diversas organizaciones como Artículo 19 y Reporteros sin
fronteras, la mayoría de las agresiones provienen de los funcionarios
públicos.
Por eso nos
preocupa de sobremanera el desdén con que la nueva autoridad trata a la prensa.
No se pide que existan canonjías ni halagos para el gremio, pero sí
respeto. Si a diario vemos que desde la
cabeza se etiqueta a la prensa como fifí
por el simple hecho de señalar los yerros, qué podemos esperar entonces los que
ejercemos el periodismo en los estados o peor aún en los municipios.
Hoy cualquier
neo funcionario público se cree con el derecho de ningunear a la prensa, de
lanzarle amenazas al gremio en reiteradas ocasiones, como si fuese una gracia o
un mérito administrativo. Hacerlo en un
estado como Veracruz, manchado de sangre, constituye un foco amarillo para las
organizaciones internacionales que defienden la libertad de prensa. Si estos
señores creen que vivimos en un estado bananero donde pueden vociferar lo que
les plazca, se equivocan.
Ojalá y el
gobernador Cuitláhuac García Jiménez tenga la sensibilidad de ofrecerle a sus
colaboradores, sobre todo esos que se dicen los más cercanos, un curso sobre
derechos humanos y libertad de expresión; que les den un breve repaso de las
atrocidades cometidas contra la prensa veracruzana en los últimos años para que
no sigan por el mismo camino. Ojalá y
se acerquen a las organizaciones internaciones que, desinteresadamente, pueden
colaborar con ellos para darles a conocer de estos temas que sin duda la gran
mayoría del gabinete ignora.
Y ojalá también
que nosotros, como periodistas, asumamos nuestra responsabilidad de no usar la
pluma con libertinaje, de recordar que el que señala está obligado a probar y
que nuestra labor es la de informar objetivamente, sin filias ni fobias, pues
pareciera que últimamente, también nosotros hemos desviado el camino.
@YamiriRodriguez
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