Por Yamiri Rodríguez Madrid
Son los representantes populares. Llegan al poder con la promesa de ayudar a resolver las necesidades del pueblo más, aunque se trata de un distinción el ser electo presidente municipal, hay muchos de ellos que se olvidan de esto y, por el contrario, han sabido cobrar muy bien sus servicios.
En municipios con cientos de carencias, los presidentes municipales, síndicos y regidores de todos los partidos políticos perciben sueldos estratosféricos que acaparan una buena parte de los presupuestos anuales, montos que bien pudieran ser utilizados para la obra social.
A punto de renovarse las presidencias municipales y el Congreso Local, sería buen momento de retomar una añeja iniciativa enviada en el 2006 al Congreso Local para regular los salarios de los munícipes, fijando como tope máximo los 64 mil pesos en ayuntamientos con mayores recursos.
Sin embargo, la principal limitante con que se ha topado la propuesta, ha sido que muchos de los diputados locales, aspiran a las alcaldías, oponiéndose de manera natural a la reforma a la Ley número 9 Orgánica del Municipio Libre, por considerar que violará la autonomía de los ayuntamientos: Saque usted sus propias conclusiones.
Si bien la actual administración implementó desde el inicio un Programa de Austeridad, Disciplina, Transparencia y Eficiente Administración de los Recursos Públicos, muchos presidentes municipales se hacen, como dicen coloquialmente, que la Virgen le habla.
El objetivo del criterio de racionalidad permite distribuir y utilizar los recursos económicos, materiales y el capital humano, siempre en cumplimiento, desarrollo y ejecución de los programas a cargo de las dependencias y entidades, de manera tal que se evite el uso discrecional de los recursos públicos asignados en las correspondientes partidas presupuestales y no se permitan lujos, servicios superfluos, gastos excesivos e injustificados…hoy en día, desafortunadamente, muchos ediles, valiéndose de la autonomía, cobran mucho más de lo que debería.
La propuesta original proponía que la percepción mensual de los alcaldes no podría exceder los 64 mil pesos mensuales ni sería inferior a los 16 mil en los municipios más pequeños. Para los municipios con un presupuesto hasta de 25 millones de pesos anuales, el salario de los alcaldes sería de hasta 400 días de salario mínimo de la zona económica correspondiente; para los municipios con presupuesto hasta de 50 millones de pesos anuales, 800 días de salario mínimo.
En tanto que para los municipios con presupuesto hasta de cien millones anuales, mil 200 días de salario mínimo y, para los que tienen un presupuesto superior a los cien millones de pesos, mil 600 días de salario mínimo.
Las percepciones mensuales de quienes desempeñen los cargos de síndico y regidores deberían ser inferiores al menos, en un diez y veinte por ciento, respectivamente, de la que corresponda al Presidente Municipal.
Si bien la propuesta fue de presentada hace seis años, habría únicamente que hacerle unos ajustes por las tasas inflacionales y retomarla, pues hoy en día hay alcaldes que ganan incluso más que el Gobernador.
¡No lo echen en saco roto!
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