Por Yamiri
Rodríguez Madrid
La semana
pasada, la Secretaría de Gobernación (Segob) dio a conocer que la actual
administración federal había logrado obtener 4 mil 500 coincidencias de
personas desaparecidas, con la certeza de que 340 han sido identificadas con
nombre y apellido, de las cuales, 300 llevaban más de una década en esta
condición, según el reporte.
Al instalar el
Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, se explicó que el objetivo de
unificar plataformas de información como el registro de huellas dactilares de
laboratorios forenses estatales y la base de datos del Instituto Nacional
Electoral, han hecho posible esto.
Desafortunadamente,
vivimos en un mar de familias buscando a los suyos: 37 mil 485 desaparecidos en
las cifras oficiales, de los cuales solo 26 mil tienen registros completos,
pero hay muchos, muchos más, de los cuales no se ha denunciado que
desaparecieron.
Hemos llegado a
una era tan oscura en México en la que todos conocemos a alguien que desapareció,
sea un amigo, un familiar, un compañero de trabajo, un vecino…En la que el pan
de cada día en los noticieros, en las charlas de café, son los asesinos
seriales, los feminicidios, los asaltos con violencia.
Veracruz es uno
de los estados en el país con mayor número de fosas clandestinas, y siguen
surgiendo más. Es también uno de los
estados en los que a diario levantan a una persona, la secuestran, y quedan en
la llamada cifra negra, la que no se denuncia.
Somos también
uno de los estados con el mayor número de colectivos de personas que buscan
desaparecidos desde el 2006. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) no
se da abasto, en las fiscalías la denuncia se ha vuelto para ellos tan
monótona, que a todos les repiten la misma cantaleta, se han deshumanizado.
Es una pesadilla
saber que hay por lo menos 37 mil 485 familias llorando en casa, con la
mortificación de no saber qué ha sido de su ser querido en días, semanas, años.
Ojalá un día esto pare.
@YamiriRodriguez
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