Yamiri Rodríguez Madrid
Lo que tomó años de lucha conseguirlo a
muchas mujeres convencidas de la causa feminista, unas cuantas están a punto de
dilapidarlo por ignorancia y falta de interés. Me refiero a varias políticas
veracruzanas que, bajo la mínima excusa, se envuelven en la bandera de la
violencia política de género sin que siquiera esté cerca de serlo.
En varias ocasiones he mencionado que es
urgente que quienes se supone hacen política en Veracruz y en México, se
empapen en los temas de género, pues muchos y muchas hablan sin conocimiento de
causa, lo que desafortunadamente poco a poco va socavando lo que era una urgente
necesidad por visibilizar y atender.
Hay algunas que creen que pueden atacar y señalar, pero en el momento que les contestan con argumentos, afirman que es violencia política de género. Lo que se dice, sin importar el género, se debe sostener con responsabilidad y deberían todas y todos a realizar una política de altura.
El caso más reciente fue el de la secretaria general de la dirigencia estatal del PAN, Indira Rosales Sanromán, quien pidió la expulsión de varios diputados locales de su partido por votar en sentido diferente al del resto de la bancada. Cuando el legislador Bingen Rementería respondió con un video en el que exponía el sentido del voto de la también Senadora en otros temas; ella salió con otro video, acompañada de algunas diputadas federales y locales de su partido, argumentando violencia machista e intentando insultarlo.
Pero, ¿qué es la violencia política contra
las mujeres en razón de género? Cuando sucede en el marco del ejercicio de
derechos político-electorales o bien en el ejercicio de un cargo público; es
perpetrado por el Estado o sus agentes, por superiores jerárquicos, colegas de
trabajo, partidos políticos o representantes de los mismos; medios de
comunicación y sus integrantes, un particular y/o un grupo de personas; es
simbólico, verbal, patrimonial, económico, físico, sexual y/o psicológico;
tiene por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce y/o
ejercicio de los derechos político-electorales de las mujeres, y se basa en
elementos de género, es decir: se dirige a una mujer por ser mujer, tiene un
impacto diferenciado en las mujeres; afecta desproporcionadamente a las
mujeres. De todo lo anterior, nada estaba en ese caso.
Otros incidentes similares se han dado en
el Congreso Local, aunque hay que reiterarlo, varias diputadas locales han sido
violentadoras de género de sus propias compañeras.
De seguir con esta tendencia, insisto,
lejos de avanzar en la verdadera lucha por la equidad de las mujeres, lo único
que lograrán es un retroceso descomunal. Ojalá pronto integrantes de partidos
políticos, diputadas y diputados federales, locales, senadores, alcaldes y
funcionarios de gobierno en Veracruz tomen un curso intensivo en este tema con
las que sí son expertas en la materia para que ya se pongan a hacer su chamba.
@YamiriRodriguez
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