Introducción
En septiembre d 2007, fue presentado, en las instalaciones del Colegio de Veracruz, el libro Informe del Diagnóstico sobre el acceso a la justicia para los indígenas en México: estudio de caso en Oaxaca, el cual fue publicado por la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Durante dicho acto, la directora del proyecto, Jan Perlin, esbozó el trabajo realizado a través de una serie de ejes de análisis: la identidad ética e identidad indígena, el derecho a la jurisdicción indígena así como a ser tomados en cuenta sus usos, costumbres, prácticas y normas indígenas dentro de los procesos del Estado
Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue el derecho de acceso a la justicia, es decir, una defensa adecuada a través de un traductor o intérprete, pues nuestro estado es una de las entidades con mayor población indígena y que dice estar avanzando en esta materia.
Los grupos vulnerables en un Estado pluricultural
Según lo expuesto por la especialista en cuestiones indígenas, México es un país que se dice pluricultural pero que, sin embargo, considera a sus etnias grupos vulnerables.
Esto ha traído consigo una serie de problemas, específicamente en el plano legal, pues muchos indígenas están presos sin siquiera haber recibido asistencia pues no hay mucha gente que hable sus lenguas o dialectos.
Si bien, dicho estudio está basado específicamente en el caso de Oaxaca, el análisis puede ser aplicable a otros estados como el nuestro, en donde según datos de la Dirección de Prevención y Readaptación Social, en los 22 penales veracruzanos están reclusos cerca de mil indígenas.
Al igual que lo plasma el estudio antes mencionado, muchos de estos reclusos han llegado a las cárceles por robos menores, la minoría por asesinato o violación. Empero, la característica común es que no obtuvieron una defensoría justa pues debido a la escases de traductores, los juicios se realizan en español, sin que ellos entendieran de qué se les acusaba,
Intentos locales en pro de los derechos de los indígenas se han hecho muchos: a inicios de la presente administración estatal el gobernador Fidel Herrera envió al Congreso local una iniciativa denominada Ley de Amnistía para el Estado de Veracruz, mediante la cual se otorgó libertad a indígenas reclusos por delitos menores. Hace unos meses la misma iniciativa fue reenviada y re aprobada.
Asimismo, el año pasado la Unión Europea financió becas para capacitar a traductores bilingües que pudieran ejercer la defensoría en aquellas entidades con mayor número de población indígena: Veracruz en la lista, por supuesto, anunció incluso la creación del Primer Instituto de Defensoría Indígena, con lenguas como la náhuatl y la totonaca principalmente. Empero, los meses han pasado y del proyecto no se ha vuelto a hablar.
Conclusiones
Desafortunadamente el tema de los indígenas, como muchos otros más, se ha dejado de lado en nuestro país. Las políticas implementadas en los últimos sexenios lejos de rescatar nuestras raíces, han propiciado la transculturación.
Un ejemplo de lo anterior se puede constatar en el municipio de Filomeno Mata –en la sierra de Zongolica-, donde la mayoría de sus habitantes hoy lucen su vestimenta indígena combinado con tenis, jeans o una gorra. Pero más allá de un aspecto cultural, en el ámbito legal México aún está en pañales, tal y como sucede en Guatemala, Perú, Bolivia o El Salvador.
Y es que el orgullo indígena hoy, en este lado del hemisferio, ha quedado pisoteado.
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