Por Yamiri Rodríguez Madrid
Durante años, el fraccionamiento Las Ánimas, en la capital del estado, se caracterizó no sólo por su plusvalía, sino además, por ser un pequeño pulmón para esta ciudad veracruzana.
Con el crecimiento de la mancha urbana y la demanda de viviendas, poco a poco los cafetales que lo rodeaban se fueron convirtiendo en fraccionamientos con residencias exclusivas y hoy, basta con pararse una noche en la central de abastos, para observar cómo se tornó una plancha de cemento.
Ante tanta gente viviendo en este punto de Xalapa, Las Ánimas se ha convertido también en una zona comercial cara, que aloja restaurantes, cafeterías, gimnasios, joyerías, lavanderías, salones de belleza y cualquier otro changarro que se le ocurra.
Por eso, desde hace varios días, en diversos accesos al fraccionamiento, un grupo de vecinos ha colgado varias lonas dirigidas al presidente municipal de Xalapa, Américo Zuñiga Martínez, en las cuales le piden que ponga un alto a la llegada de más escuelas, oficinas y comercios.
Y es que circular por Araucarias, por ejemplo, se torna un verdadero viacrucis entre las escuelas y negocios, propiciado por la falta de educación pues, si bien, no hay zonas de estacionamiento por no ser un área comercial, sino residencial, muchos automovilistas se estacionan en doble fila, en las cocheras, provocando el enojo de quienes ahí viven.
Claro, no todos los cambios de uso de suelo los dio la actual administración, pues es un problema que se viene arrastrando de años y del cual nadie se responsabiliza. Lo cierto es que, como dicen los vecinos, esto no puede continuar así pues, cuando menos lo piense, junto a Los Lagos de las Ánimas tendremos carretas, foodtrucks y demás, muchos propiedades de funcionarios y ex funcionarios, tal y como hoy sucede en la zona comercial.
La tranquilidad de Las Ánimas se esfumó.
@YamiriRodríguez
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