Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Dado el estado
en que recibió la administración municipal, el presidente municipal de San
Andrés Tuxtla, Octavio Pérez Garay anunció un programa temporal de emergencia
administrativa que no solo fue bien recibido entre la población, sino que
incluso sumó a los empresarios.
Tavo Pérez,
quien llegó por la vía independiente al Ayuntamiento ha tenido que aplicar
medidas drásticas, entre estas la reducción de 418 empleados de confianza que
la pasada administración tenía en nómina.
Y es que San
Andrés le debe, como otros ayuntamientos, al Sistema de Administración
Tributaria (SAT), al Instituto de Pensiones del Estado (IPE), a la Comisión
Federal de Electricidad, a bancos, a proveedores, es decir, se lo dejó Manuel
Rosendo Pelayo prácticamente en quiebra.
A decir del
munícipe, las irresponsabilidades y malos manejos de su antecesor, le redujeron
las participaciones federales por los adeudos, por los que ahora se paga más
que en el 2014, además de los cobros de CFE, que son mucho mayores que antes de
instalar las luminarias leds, cuya operación resultó un fraude total, porque ni
se instalaron todas, ni se paga menos y fue una adjudicación directa de 35
millones de pesos.
Para que usted
dimensione: la nómina de empleados sindicalizados, elementos de protección
civil y policías es de casi 4 millones de pesos, contra los poco más de 2 millones de las reducidas
participaciones federales que le llegarán para este mes.
Pero, ¿en qué
consiste esta medida anunciada: reducción voluntaria de salario, comenzando por
el mismo alcalde que se reduce su salario un 20 %, además del 50% que ya se
había bajado. La síndica y las y los
regidores, renunciaron a su derecho de viáticos y de auxiliares a cuenta del
erario
Una nueva
disminución del personal de confianza para operar solo con 181, contra los 592
de la administración pasada (418 menos), lo que incluye fusión en distintas
áreas. Las direcciones de Educación, Cultura y Juventud, se convierten en una
sola y las de Turismo y Desarrollo Económico se integran en otra.
Las acciones
también incluyen un programa de austeridad total, donde ningún automóvil del
ayuntamiento será utilizado, hasta nuevo aviso, quedando excluidos de esta
disposición los de limpia pública, Protección Civil y las patrullas. Eso sí: los horarios de funcionamiento de los
bares quedaron reducidos lo que significa que se podría reducir un porcentaje
del gasto de combustible de patrullas.
No habrá
viáticos para nadie y se privilegiará el uso de la red digital, para disminuir
el uso del papel. Solo trabajarán por la tarde, las áreas cuyas funcionen así
lo requieran, como las de atención a la ciudadanía y gobernación entre otras,
con los que se reducen gastos de energía eléctrica y de servicios de
sanitarios, entre otros.
Con los
proveedores se buscarán financiamientos y créditos con promesa de pago, para
cuando se mejore la situación, y solicitarán a los Diputados Locales, la
autorización para vender bienes en desuso, como los automóviles-chatarra que se
heredaron y los bienes de lujo con los que operaba la administración pasada,
particularmente en la oficina del Alcalde.
Tan bien cayeron
las medidas entre la ciudadanía que empresarios han donado vales de gasolina
para los vehículos oficiales y otros materiales en especie para que Tavo Pérez
pueda hacer su chamba.
Lo mismo
deberían hacer otros munícipes pues no solo es denunciar el estado en que
recibieron sino ingeniárselas para echar a andar de nueva cuenta a los
ayuntamientos, tal y como lo está haciendo San Andrés.
@YamiriRodríguez
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