Por Yamiri
Rodríguez Madrid
A 44 días de las
elecciones, muchos ciudadanos aún no definen por quién habrán de votar, aunque
tienen muy claro por quién no lo harán.
Y como en política, todo comunica, hasta el mínimo detalle nos transmite
el ánimo de quien contiende: si considera que tiene amplias posibilidades de
ganar o, por el contrario, sabe desde el primer día que solo iba de relleno.
Tal es el caso
de la candidata a gobernadora por el Partido Nueva Alianza, Miriam Judith
González Sheridan quien, como Margarita Zavala, debería replantearse su papel
en este proceso y salir de éste, con un poco de decoro.
En 2016 ganó, de
manera arrasadora, en el distrito XXVIII con cabecera en Minatitlán, a pesar del
descontento de los morenistas de la región por su imposición como candidata.
Su entrada al
Congreso Local no fue con el pie derecho, pues a los pocos días se ganó el mote
de #LadyBolsas por portar una Louis Vuitton que costaba más de 30 mil pesos;
pero la fotografiaron también dormida en la curul, bien tapada con su saco, y
llamó seudo periodistas y corruptos a reporteros de Mina.
A finales de
noviembre del año pasado, anunció su separación de la bancada de Morena para
declararse independiente, aunque tuvo muchas felicitaciones por parte de los
panistas.
Y aunque la
vimos volar con el gobernador, July González fue a dar a la bancada de Nueva
Alianza, con el maquiavélico Vicente Benítez. Después, sin que nadie lo esperara,
se inscribió como candidata a la gubernatura.
Pero los poco
más de 26 mil votos que hace tres años le dieron Uxpanapa, Minatitlán e
Hidalgotitlán hoy ni de chiste los va a alcanzar pues, son de Morena, no de
ella. Al paso que va, ni siquiera un 10
por ciento de la votación podrá tener.
La vimos
participar, con una pobreza discursiva, en los dos debates celebrados hasta la
fecha, el de una estación de radio y en el oficial, del OPLE, sin fondo, mucho
menos forma, teniendo que recurrir a expresiones lamentables como hijo de papi
o cincuentón que vive con los papás.
Al interior de
su campaña la queja es que no hay dinero, que lo poco que se hace es pidiendo
favores, recurriendo al gastado argumento “de cuates”, una actitud derrotista
en donde al parecer, nadie apuesta un peso por la candidata.
Lo más digno
para ella, si pretende seguir una carrera política, sería renunciar en este
momento. Su porcentaje de conocimiento
es bajísimo. Si preguntamos en un mes
por ella, difícilmente la conocerá el 30 por ciento de la población veracruzana
y, sin recursos, solo podría hacer una campaña para jefa de manzana. La
contienda es de dos y July González está muy muy lejos de esto.
@YamiriRodríguez
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