Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Ambientalistas
denuncian que desde hace 40 años se han perdido por lo menos 7 mil hectáreas de
mangle tan solo en el estado de Veracruz.
Las principales
causas de su pérdida ha sido el crecimiento de la mancha urbana, es decir,
fraccionamientos, invasiones y, por supuesto, la contaminación.
A decir de la
Comisión Nacional Forestal (Conafor), los manglares son una formación vegetal
leñosa, densa, arbórea o arbustiva de 1 a 30 metros de altura, compuesta de una
o varias especies de mangle y con poca presencia de especies herbáceas y
enredaderas. Las especies de mangle que lo componen son de hoja perenne, algo
suculenta y de borde entero.
En México,
existen 4 diferentes tipos de manglar y en Veracruz, tenemos la fortuna de aún
tenerlos, aunque sin conciencia seguimos depredándolos.
Las
consecuencias de que se estén extinguiendo los manglares son medio ambientales
y económicas pues, pescadores, por ejemplo, acusan que ya prácticamente no hay
nada que pescar en esas zonas.
Los manglares nos
brindan una gran variedad de servicios ambientales: son zonas de alimentación,
refugio y crecimiento de juveniles de crustáceos y alevines, por lo que sostienen
gran parte de la producción pesquera, son utilizados como combustible (leña),
poseen un alto valor estético y recreativo, actúan como sistemas naturales de
control de inundaciones y como barreras contra huracanes e intrusión salina,
controlan la erosión y protegen las costas, mejoran la calidad del agua al
funcionar como filtro biológico, contribuyen en el mantenimiento de procesos
naturales tales como respuestas a cambios en el nivel del mar, mantienen
procesos de sedimentación y sirven de refugio de flora y fauna silvestre, entre
otros.
Por eso, un
puñado de veracruzanos bien intencionados están convocando a reforestar el
Estero de Mandinga, en el municipio de Medellín, este fin d semana. En Alvarado
han lanzado una iniciativa social de artesanía sustentable, con figuras de
manatí que, con su compra, ayudan a la conservación de esa especie que llega a
ese municipio rivereño y, también a los pescadores.
Ojalá que con el
mismo entusiasmo actuaran las autoridades municipales donde aún hay presencia
de manglares, poniendo un freno a las licencias para fraccionar y, sobre todo,
que destinen recursos para su conservación de lo contrario, en unos cuantos
años más nos lamentaremos de nuestras acciones devastadoras.
Bien dicen que
el hombre es el lobo del hombre…
@YamiriRodríguez
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