Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Esta semana se
presentó el Índice de Progreso Social México 2019, por parte de diversas
organizaciones como México ¿cómo vamos?,
INCAE Business School, CLACDS y Social Progress Imperative y en el que hacen el ejercicio imaginativo,
como ellos bien lo llaman, de comparar a los estados con algún país. Veracruz
no salió bien librado.
Si bien hay
estados como Nuevo León, Querétaro y Aguascalientes, que se asemejan con
Hungría, Uruguay y Bulgaria, hay otros como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, que se parecen
a Filipinas. Muy cerquita estamos nosotros.
De acuerdo con
el análisis de los expertos, Veracruz presenta focos rojos en Necesidades Humanas
Básicas, lo que nos ubica en la posición 29 de 32 a nivel nacional, así como en
Fundamentos del Bienestar –lugar 31-, y en Oportunidades –posición 28-, es
decir, tenemos niveles muy inferiores en los tres rubros prioritarios.
Tan solo en el
primer eje, estamos reprobados en Agua y Saneamiento, en lo que tiene que ver
con disponibilidad del agua dentro de la vivienda; en que aún hay muchos
hogares con paredes de materiales frágiles, pisos de tierra, con estufas de
leña y en condiciones de hacinamiento. A lo anterior se suma el número de
muertes por accidentes de tráfico y la presencia del crimen organizado.
En lo que hace a
Fundamentos del Bienestar aparecemos en números rojos en acceso a conocimientos
básicos, por la carencia en matriculación en educación preescolar, en
analfabetismo y en paridad de género en educación secundaria. Repercute también
la falta de acceso a información y comunicaciones, por el bajo porcentaje de
usuario de teléfonos móviles, de computadoras en el hogar, con conexión a Internet
y por la tasa de agresiones a periodistas.
Aquí también
entran los índices de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y por
diabetes, así como la calidad medioambiental, por las nocivas prácticas de
quemar o enterrar basura y que no hay suficientes áreas verdes.
En tanto que en
Oportunidades, los indicadores negativos de Veracruz son, en derechos
personales, los tiempos para cumplir contratos, la inclusión, principalmente
por las agresiones a la población gay y como tercer punto, la educación
superior. A decir de los expertos que elaboraron dicho estudio es deficiente la
cobertura en educación superior, la paridad de género en licenciatura y el
número de estudiantes de posgrados de calidad.
Por todas esas
razones, estamos más cercanos a parecernos a Filipinas que a Hungría.
@YamiriRodríguez
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