Yamiri Rodríguez Madrid
Hay zozobra entre la población veracruzana
por la llegada de Karl a nuestras costas. El martes, el gobierno federal advirtió
la cercanía del fenómeno natural a la entidad y pidió a la población extremar
precauciones. La Secretaría de Protección Civil está en sesión extraordinaria y
permanente y, aunque no es la primera vez que nos pega, sí nos vuelve a agarrar
sin los recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden).
Las autoridades podrán decir misa, pero lo
cierto es que el año pasado, cuando Grace impactó en Veracruz, provocó
cuantiosos daños materiales que, a un año de la tragedia, no nos han dado el
saldo real. Aún hay muchos productores, principalmente en la zona norte del
estado, que siguen esperando la ayuda.
De acuerdo con las proyecciones de los
meteorólogos de la Conagua, de continuar con esta trayectoria, Karl tocaría
tierra la madrugada del viernes, en un punto entre Los Tuxtlas y Alvarado. No solo es la lluvia a cántaros, sino los escurrimientos
posteriores los que también causan desgracias en los municipios.
Recordemos que, en 2010, siendo gobernador
Fidel Herrera Beltrán, el huracán Karl impactó en Veracruz el 17 de septiembre. La preparación que se hizo no alcanzó para
la magnitud del fenómeno: 2988 trabajadores desplegados de la Comisión Federal
de Electricidad (CFE), 881 vehículos terrestres, 415 grúas, 5 helicópteros, 16
vehículos anfibios y 117 plantas de emergencia. La Sedena mandó casi mil militares para
auxiliar a la población en labores de prevención.
Los reactores de Laguna Verde fueron suspendidos como medida precautoria. También
se suspendieron servicios aéreos y carreteros en los puntos de mayor riesgo. Se
instalaron cientos de refugios, entre muchas otras acciones. Ahora,
como con Grace, pareciera que están apanicados, maniatados para actuar de
manera preventiva. Imagínese si Karl nos pega por segunda vez.
La temporada de huracanes y ciclones en el
Atlántico aún tiene cuerda para rato, por lo que las autoridades veracruzanas
deberían mantenerse rezando a su santo de mayor confianza pues, sin recursos
para atender las posibles contingencias, más les vale estar confesados.
@YamiriRodriguez
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