Yamiri
Rodríguez Madrid
En diversas universidades de México,
incluida la UNAM, hay efervescencia entre su comunidad estudiantil por temas
que tienen que ver con la violencia de género. Apenas esta semana, en la
capital del país, un contingente protestó tras la violación de una estudiante
en los sanitarios del CCH Sur. Unos días antes, aquí en Xalapa, universitarios salieron
a las calles para exigir un freno a los constantes casos de acoso y violencia
que se dan; el más reciente el del estudiante de Humanidades que cortó el
tendedero que evidenciaba la violencia que padecían sus compañeras.
Casi dos semanas después de la protesta
pacífica, es decir, apenas este 25 de octubre, el rector de la Universidad Veracruzana
(UV), Martín Aguilar, informó que la Coordinación de la Unidad de Género, de
septiembre de 2021 a septiembre de 2022, recibió 68 quejas; de éstas 37 fueron
por violencia de género y 17 por acoso sexual. El 69 por ciento,
prácticamente 7 de cada 10 quejas, han concluido su proceso, en donde ha habido
tres (2 por hostigamiento sexual y 1 por violencia de género) rescisiones de
contrato laboral en contra de los responsables y 21 quejas se encuentran en
investigación y análisis. Ese fue el informe textual.
Sí, todo un año les tomó a las autoridades
universitarias brindar un corte de la violencia que ejerce, mayoritariamente,
el cuerpo académico contra las estudiantes y, lo que es lo peor, la justicia
universitaria solamente ha castigado a tres responsables corriéndolos, pero hasta
ahí llega el asunto.
Si bien -y aunque no es consuelo-, este
tipo de aborrecibles prácticas han existido durante décadas al interior de la
UV, es urgente que se tomen cartas en el asunto, pues, de no atenderlas pronto,
crecerá desproporcionalmente un genuino movimiento de enojo y desesperación
entre nuestros jóvenes, alimentado por la indiferencia.
Bien haría la UV, con el propio
observatorio de las violencias con el que cuenta, en llevar un puntual
seguimiento a estos casos, para que no tengamos que esperar un año para saber
cómo avanzan las investigaciones, para que no sea por presión de los jóvenes
cuando se informe lo que se hace o deja de hacer por frenar las violencias de
género.
Ejemplo nos dan una vez más nuestros
jóvenes veracruzanos al demostrar que, organizados y respetuosos, pueden
obligar a las autoridades a dar la cara y a actuar, como con este pobre informe
de la Rectoría.
@YamiriRodriguez
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