Por
Yamiri Rodríguez Madrid.
El
estereotipo de la primera dama del estado se terminó con la llegada de Rosa
Borunda de Herrera, pues de sobra demostró su capacidad para llevar con firmeza
y orden las riendas del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF),
así como su gran corazón para ayudar a los menos favorecidos.
Durante
casi cinco décadas caminó junto a su esposo, el ex gobernador Fidel Herrera
Beltrán, por el largo y sinuoso camino
de la política, así como en las buenas y en las malas que les puso la vida.
Rosa
Margarita Borunda Quevedo nació un 29 de agosto en Ciudad Juárez, Chihuahua, en el seno de una familia integrada por siete
miembros: su padre, Don Roberto Borunda, abogado ganadero, doña Margarita
Quevedo, su madre, y Roberto, Cecilia, Mónica y Octavio, sus hermanos.
Conforme
al paso de los años su vena política se desarrolló ya que le venía de herencia;
su tío y su abuelo fueron gobernadores del Estado de Chihuahua por lo que siendo
ella muy joven se incorporó en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, en
donde colaboró en la Dirección Juvenil. Su trabajo partidista se destacó por
haber participado en la elaboración de los estatutos que dieron nacimiento al
Movimiento Nacional Juvenil Revolucionario (MJNR).
Fue
precisamente ahí, en el año de 1973, cuando conoció a Fidel Herrera Beltrán.
Aun
casada no dejó de ejercer su carrera en Ciencias Políticas y Administración
Pública pues por años se desempeñó como analista política en un despacho
privado. El análisis político y la lectura
fueron dos de las principales aficiones de Rosita Borunda, como muchos
cariñosamente la llamaban.
Rosa
Borunda caracterizó por su firmeza y sencillez, cualidades que ayudaron en su
trabajo de asistencia social a través del DIF veracruzano: sin siglas ni
colores partidistas logró poner en marcha une serie de proyectos exitosos
dentro de la institución como el Programa Tú Decides y el programa de Corazón a
Corazón.
Con
su principal aliado, contribuyó en el combate frontal a la pobreza, en el
mejoramiento de las condiciones de vida, principalmente de las mujeres, niños y
adultos de la tercera edad mediante el Programa de Asistencia Alimentaria a
Sujetos Vulnerables o el de Desayunos Escolares. Su poder de convocatoria se dejaba
sentir pues a los múltiples programas del DIF se sumaron actores de la clase
política de diversas fracciones, así como empresarios y la propia sociedad
civil con un mismo fin: ayudar. Como reportera de la fuente, me tocó
entrevistarla y acompañarla a algunas giras.
Fue de las últimas primeras damas que tuvo nuestro estado.
A
doña Rosa Borunda el gabinete se le cuadraba y un llamado de atención de ella
los hacía temblar igual que el del Gobernador.
Este martes pasó a mejor vida. Descanse en paz Rosita Borunda.
@YamiriRodriguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario