Yamiri Rodríguez Madrid
Aunque hay un desánimo
generalizado para no participar en la elección judicial de este domingo, debemos
acudir a las urnas para que sean los perfiles preparados los que integren el
Poder Judicial Federal y Local y nos los que las estructuras de los partidos
nos impongan. Lo que NO puede suceder es que las y los ciudadanos que acudamos
a las urnas, apliquemos el Tin Marín y no revisemos las propuestas e historial
de quienes se presentan en la boleta. No perdamos de vista que cerca del 82% de
los candidatos en boleta provinieron de los comités de evaluación del Ejecutivo
o Legislativo, y solo 18% del Poder Judicial. Esta modalidad sustituyó a los
concursos de oposición.
Al
igual que hicimos con las propuestas de las y los candidatos a las 212
presidencias municipales, muchos aspirantes a magistraturas federales alinearon
sus discursos con conceptos como honestidad, austeridad, combate a la
corrupción, cercanía al pueblo, eliminar privilegios. Hubo, por supuesto,
propuestas que llamaron la atención como la de la veracruzana Tania Vásquez
Muñoz, aspirante a magistrada electoral federal, quien sugirió incorporar
herramientas de inteligencia artificial para asesorar a los ciudadanos en el
seguimiento de sus asuntos jurídicos.
La mayoría de los
aspirantes a magistraturas —hombres y mujeres— compartieron promesas de
fortalecer la protección de derechos humanos, aumentar la transparencia y
rendición de cuentas, impulsar la justicia social y aplicar la perspectiva
de género en la impartición de justicia. Aunque pocos candidatos mencionaron
explícitamente la independencia judicial en sus propuestas, a pesar de ser un
principio medular en su quehacer.
Laura Cárdenas, Antonio Sorela Castillo, Ángel de
Jesús Vargas y David Gustavo León, aspirantes a magistrados del Poder Judicial
en el estado, hicieron un llamado público a votar el 1 de junio para “limpiar
las instituciones públicas” de favoritismos y redes familiares, asegurando
que terminarían con el nepotismo en caso de llegar al cargo.
Por su parte, los
aspirantes a jueces enfatizaron temas de combate a la corrupción interna,
eliminación del nepotismo y mejora en la eficacia de los juicios. Un grupo de
candidatos subrayó particularmente la necesidad de erradicar el nepotismo en el
Poder Judicial – problema recurrente de “herencias” y familiares en puestos
judiciales – como parte central de su agenda
Otra propuesta común fue agilizar
los procedimientos judiciales y la importancia de consolidar plenamente los
juicios orales en todas las materias y simplificar trámites procesales para
reducir la dilación de la justicia. La introducción de sistemas orales
(particularmente en lo penal y mercantil) ha sido una reforma en marcha en
México; los candidatos prometieron impulsar su correcta implementación, así
como el empleo de herramientas digitales para acelerar la resolución de casos.
En general, los futuros
jueces hicieron hincapié en acercar la justicia a la gente común. Además de la
claridad y transparencia, muchos hablaron de integridad y ética judicial,
asegurando que actuarían con independencia y apego estricto a la Constitución.
No obstante, como se mencionó, pocos mencionaron abiertamente la independencia
judicial en sus campañas.
En conclusión, las principales propuestas de
aspirantes a magistraturas y jueces oscilaron entre discursos políticos de
gran alcance y soluciones técnicas específicas, reflejando las expectativas
sociales de un Poder Judicial más cercano y honesto. Las más innovadoras evidenciaron la intención de varios candidatos
de romper moldes tradicionales. Falta ahora observar la fase de implementación,
donde los ganadores deberán traducir estas propuestas en realidades dentro de
sus respectivos tribunales, cumpliendo así las expectativas creadas en este
histórico proceso de selección abierta del Poder Judicial.
A nosotros, ciudadanos, nos toca salir a votar.
@YamiriRodriguez
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