Yamiri Rodríguez Madrid
El gusano barrenador del ganado, es
la larva de una mosca que, a decir de los especialistas, devora el tejido vivo
de animales de sangre caliente, es decir, ganado, fauna silvestre e incluso
humanos, pues ya este año hay un caso documentado.
Esta plaga había sido erradicada
en México hace más de 30 años, pero desde 2023 comenzó a avanzar nuevamente
desde Panamá hacia el norte. En noviembre de 2024, las autoridades federales confirmaron
la reaparición del gusano barrenador en el estado de Chiapas, cerca de la
frontera con Guatemala. Este hallazgo encendió las alarmas por el riesgo de
daño severo a la ganadería regional.
Hace apenas unos días,
autoridades estatales detectaron el primer caso confirmado en Veracruz, en un
becerro del municipio de Las Choapas, por lo que se estableció un cerco
sanitario en la zona para evitar la propagación; es el único caso confirmado.
El tema toma vital importancia
porque esta semana Estados Unidos suspendió temporalmente el ingreso de ganado
mexicano durante 15 días, principalmente de tres estados, Chiapas, Oaxaca y
Veracruz, por estar contaminado; incluso, en el primero, ya hay dos casos en
humanos.
Aunque aún se están evaluando las
pérdidas, Veracruz se perfila entre los estados más afectados económicamente
por el brote. La entidad es una importante región ganadera, por lo que las
restricciones sanitarias y comerciales impactan significativamente a sus
productores. Una de las primeras en
manifestarse por la medida es la Unión Ganadera Regional del Sur, quien expuso
que, además de la caída en ingresos por exportaciones, los ganaderos enfrentan
mayores costos en medicación, inspecciones y manejo del hato para controlar la
plaga.
Hay que destacar que la Secretaría
de Desarrollo Agropecuario de Veracruz (SEDARPA) y la Secretaría de Agricultura
federal (SADER) emitieron lineamientos como inspeccionar diariamente al ganado
(especialmente heridas o cortes), aplicar insecticidas o larvicidas en lesiones
abiertas, aislar y curar inmediatamente a los animales afectados, y notificar
de inmediato a las autoridades sanitarias ante cualquier caso sospechoso.
Aunado a lo anterior, las
autoridades federales han implementado el Dispositivo de Emergencia Sanitaria
(DINESA), desde el año pasado, para reforzar la vigilancia epidemiológica e
inspección en fronteras y puertos ante el alto riesgo de ingreso del gusano
barrenador. Se declararon como zonas de
máximo riesgo los estados sureños (Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Campeche, Quintana
Roo, Yucatán) y 32 municipios del sur de Veracruz, dada su cercanía a la
posible ruta de la plaga y hay Puntos de
Verificación e Inspección Federal (PVIF) en nuestro estado.
La gobernadora Rocío Nahle ya
informó que sostuvo una videollamada con el secretario de Agricultura y
Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán, los gobernadores de Campeche,
Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo, para coordinar acciones
regionales y mitigar la propagación de esta plaga, iniciando con la dispersión,
semanalmente, de más de 90 millones de moscas estériles en zonas focalizadas.
Veracruz no está cruzado de brazos
ante este problema mayúsculo que cierne sobre el sector ganadero nacional. Ojalá y los esfuerzos se multipliquen a fin
de que los productores puedan sacar la cabeza lo más pronto posible.
@YamiriRodriguez
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