Por Yamiri
Rodríguez Madrid
¿Cuántos taxis
hay en la actualidad en el Estado de Veracruz? Esa es una pregunta difícil de
responder. Hace 15 años, en el sexenio
de Miguel Alemán Velazco, ser propietario de un taxi te significa un ingreso
extra; incluso había quienes se jactaban al decir que vivían de lo que le
dejaban sus placas. Si usted quería
abordar uno, entre las 2 y las 4, era una misión imposible pues se hacía el
cambio de turno y se daban el lujo de negarle el servicio a uno. Lo mismo sucedía si llovía.
Vino entonces
Fidel Herrera y se destapó una cloaca con la entrega de concesiones, éstas se
repartieron a diestra y siniestra, con tranza y sin ésta y, cuando menos nos
dimos cuenta ya teníamos 7 mil taxis, todos pintados de rojo, tan sólo en la
capital del estado. Basta con pararse en cualquier semáforo y voltear a su
alrededor para darse cuenta que estamos rodeados.
Si bien este
sexenio que encabeza Javier Duarte no dio tantas como en el anterior, lo cierto
es que ya vamos arriba de los 8 mil y hoy se ven muchas unidades circulando sin
placas y peor aún, sin que ninguna autoridad los detenga.
Peor aún es que
con mayor frecuencia, esta modalidad de transporte se ha visto involucrada en
robos y secuestros, por lo que crece la desconfianza de los usuarios.
De ahí que
muchos trabajadores del volante y, sobre todo los propietarios de las
flotillas, se han puesto a temblar ante el hecho de que Uber pueda entrar al Puerto de Veracruz, por lo que ante el rumor
amenazaron con quemar unidades y rápidamente la autoridad estatal, a través de
la Dirección General de Transporte tuvo que doblar las manos, al enviar un
comunicado mediante el cual descartó la llegada de Uber e, incluso, fue más
allá al anunciar sanciones a quienes comiencen a prestar el servicio: ¿presión
de las organizaciones de taxistas?
Lo cierto es que
esta empresa transnacional, ofrece a quienes poseen un automóvil convertirlo en
una fuente de ingresos, en un contratista independiente con flexibilidad de
horarios, con la posibilidad de elegir dónde conducir, a quién llevar y en qué
horarios.
Claro, para ser
chofer de UBER no debes tener antecedentes penales, debes pasar exámenes
psicométricos y de conducción además de tener buena presentación y el coche en
excelentes condiciones. Ahí nada de
subirte mientras el conductor con una antena de 5 metros en el toldo, escucha
reguetón y va fumando. Por el contrario, las unidades están climatizadas, le
preguntan a uno si desea escuchar música o si gusta una botella de agua.
Las rutas son
marcadas por los gps, para evitar más vueltas o cobros indebidos, y, con la
aplicación, uno sabe cuál es la tarifa justa y la ruta que debe seguir su
conductor, además de tenerlo perfectamente identificado, lo mismo que a la
unidad.
Otra ventaja es
que no hay que pagar en efectivo y facturan.
Uber se ha extendido en todo
el mundo, con éxito sí, por lo que nuestras sociedades de taxistas o se ponen
las pilas o se los lleva la marea roja, aunque amenacen con quemar las unidades
de Uber.
@YamiriRodríguez
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