miércoles, 5 de octubre de 2016

2016: el peor año para la ecología en Veracruz



Por Yamiri Rodríguez Madrid

No había pasado el susto que se llevaron los habitantes del Puerto de Veracruz, al incendiarse un barco cargado de gasolina y diésel, cuando una bodega clandestina de combustibles estalló en la colonia Playa Linda.  Hoy, se habla de los operativos, de la Protección Civil, pero, ¿quién se anima a  hablar de los daños al medio ambiente con los combustibles derramados al mar, con las emisiones generadas por las quemas?
De acuerdo con la información oficial, emitida por Petróleos Mexicanos (PEMEX), el buque tanque Burgos, que transportaba poco más de 160 mil barriles de gasolina y diesel proveniente de Pajaritos, sufrió un incendio en dos de los tanques situados en la proa, mientras se encontraba anclado en la zona de fondeo. El accidente ocurrió a las 11:40 am y tardaron horas en poder sofocarlo, ante la mirada atónita de miles de personas que, desde el Malecón, inmortalizaban la visión apocalíptica.
Los bomberos arriesgaron la vida con lo poco que tenían a la mano: tarde llegaron los 70 mil litros de líquido espumante y 3 mil 200 metros lineales de barreras de contención que tuvieron que traer de otras partes del país. 
Hoy nos dicen que el doble casco de la embarcación impidió que el líquido fluyera fuera del barco y, que el combustible observado en el mar, fue sobre todo la mezcla con el agua utilizada para sofocar el incendio. Que el Burgos transportaba productos ligeros que, a diferencia del petróleo crudo, se caracterizan por su alta volatilidad, lo que facilita su evaporación.
Y aunque la Secretaría de Marina (SEMAR) realizó un reconocimiento preliminar alrededor del barco, en cual supuestamente no se detectaron restos de aceite en el mar, los buzos y expertos porteños dicen que sí hay un daño, pues a su evaporación no es inmediata y, a diferencia del crudo, no puede ser acopiada y vaya que sabemos de eso pues en Coatzacoalcos eran tiro por viaje los derrames de petróleo.
Una semana después, el domingo 2 de octubre, explotó una bodega clandestina repleta con combustibles: lo que no se incendió, provocando una inmensa humareda negra durante horas, se fue libremente por las calles.  Ante el incidente el Ejército tuvo que implementar el Plan DNIII pero, ¿qué están respirando hoy los porteños? ¿Comería usted con toda confianza el pescado y marisco de estas aguas del Golfo de México? ¿Se echaría un chapuzón en Villa del Mar?
Ya ni mencionar los años que tuvieron que pasar, hasta que todos los hoteleros dejaron de tirar sus aguas negras a la bahía.  Los accidentes se registran aquí mismo, donde está localizado el Parque Nacional Arrecifal Veracruzano, con sus 17 arrecifes de más de 10 mil años. Aquí, donde los humedales fueron masacrados por hacer fraccionamientos y plazas comerciales, como fue el caso de Tembladeras. Aquí donde en 2003 el buque Martinika, con sus 3 mil toneladas de chatarra se hundió.  Aquí, en Veracruz, donde ante el daño ambiental, tampoco pasa nada.
@YamiriRodríguez


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