Por Yamiri Rodríguez Madrid
Circular por la
capital veracruzana es sumamente complicado, no solo por su intenso tráfico,
sus calles angostas sino porque, además, muchas calles no tienen nomenclatura.
Es de
reconocerse que solo los xalapeños entendemos por qué una calle en su inicio se
llama Bravo, en otro tramo Carillo Puerto y termina con el nombre de Alfaro.
Hace ya varias
décadas un grupo organizado de ciudadanos se dio a la tarea de colocar las
placas, con colonia y código postal e, incluso, fueron más allá, al también
incluir el dato histórico de cómo fueron conocidas las calles. Claro, al ser un esfuerzo ciudadano, el
recurso fue mucho más que finito, y solo alcanzó para unas cuantas calles del
zócalo xalapeño.
Lo anterior
viene a colación porque a propósito de una novela sobre Xalapa escrita por Paco
Ignacio Taibo, un grupo de ciudadanos expresó la necesidad de rebautizar
nuestras calles con los personajes que vivieron en estas o por los hechos ahí
suscitados, algo sin duda sumamente interesante.
Desafortunadamente
nuestra historia se ha ido diluyendo por desinterés tanto de ciudadanos como de
las autoridades. Otras ciudades
preservan y atesoran sus antiguas calles y hasta provecho turístico le sacan,
con recorridos por esos lugares donde se entretejieron tantos episodios de la
vida nacional como familiares peculiares.
Sin duda, Xalapa
tiene mucho que ofrecer a quienes aquí vivimos y a foráneos, como un mosaico
perdido entre los puestos del Callejón del Diamante que nos cuenta la historia
de amor que le dio nombre a tan pintoresco sitio de la capital.
Es urgente que
Ayuntamiento y sociedad civil emprendamos el esfuerzo de colocar placas en esas
antiguas casonas que aún se conservan y hasta en aquellas que hoy son bancos o
rosticerías, para que nadie olvide a quienes vivieron ahí y contribuyeron a lo
que hoy es Xalapa, Veracruz y México.
Es un esfuerzo
que bien vale la pena para las próximas generaciones; y para el resto de las calles
de las colonias de nuestra ciudad, habría que ponerle nombre a cada una pues al
llegar a una esquina, difícilmente se puede uno orientar.
Es una buena idea para demostrar el por
qué somos la Atenas Veracruzana.
@YamiriRodriguez
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