Por Yamiri Rodríguez Madrid
El Observatorio
Universitario de Violencias contra las Mujeres dio a conocer este miércoles su
monitoreo a medios de comunicación correspondiente a febrero de 2020, en el
cual se reportan 178 agresiones a mujeres, 22 desapariciones femeninas., 10
feminicidios (presentaron al menos una razón de género que establece el Código
Penal de Veracruz) y 7 homicidios de mujeres.
Las cifras toman
relevancia cuando se contrastan con las de enero del Secretariado Ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el que se documentaron solo 3
feminicidios en la entidad veracruzana. A nivel nacional, el pasado mes de
enero hubo solo 72 feminicidios, una disminución considerable comparada con la
tendencia nacional de los últimos meses.
Por eso, hay
preocupación fundamentada de los colectivos feministas en que estos números
oficiales tan bajos obedezcan a una estrategia para “demostrar” que están
combatiendo este delito, sobre todo cuando semanas atrás el Fiscal General de
la República, Alejandro Gertz Manero, reveló que pretendían eliminar el delito
de feminicidio y que se tomara solo como un cargo por homicidio, pero ante la
tunda mediática y social, se sumergió, por lo que la preocupación es que se
esté haciendo por debajo de la mesa.
Esta semana, estuvo aquí en Xalapa la
activista Irinea Buendía quien, tras el asesinato de su hija, no ha cesado en
exigir justicia, logrando que en 2015 la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN) obligara al sistema de justicia mexiquense a indagar con perspectiva de
género. Como Irinea, hay muchos otros casos de madres y padres desesperados por
la impunidad que permea en los feminicidios de sus hijas.
Reclasificar delitos como estrategia
política de percepción de que las cosas mejoran, sería un craso error con
repercusiones sociales de gran magnitud. Ojalá analicen y recapitulen.
@YamiriRodriguez
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