Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Imagine que
compra un doberman para custodiar su casa, para espantar y ahuyentar a los
malhechores. Pero ese perro está
chimuelo y, encima, es sacatón. Así está el Sistema Estatal Anticorrupción en
Veracruz.
Si bien su
supuesta función es “proporcionar herramientas y apoyos técnicos al Comité
Coordinador para la articulación y consolidación de políticas públicas y
procedimientos en materia de combate a la corrupción”, el sistema ha sido más
conocido por sus constantes escándalos, que por su trabajo.
Ni la Secretaría
Ejecutiva, ni el Comité de Participación Ciudadana dan visos de que puedan
contribuir a poner un freno al sello que tenemos desde hace ya varios años a
nivel nacional. Pareciera que sus integrantes se sacaron una muy buena beca
pues, aunque cobran puntual y completo hasta 60 mil pesos nominales
mensualmente, difícil es que se les pueda ver en su oficina trabajar, salvo
Emilio Cárdenas Escobosa que es el único que va.
Temas han tenido
muchos en los cuáles trabajar, como los presuntos escándalos de nepotismo en
los tiempos de Morena, la supuesta corrupción en el DIF estatal, la inoperancia
de la Contraloría, por citarles unos cuántos ejemplos que parece las y los
comisionados no han notado. También, a diferencia de otros organismos
descentralizados, presupuesto han tenido, y mucho para trabajar, pero nada más
les ha alcanzado para un puñado de actividades a lo largo del año, enfocadas más
a la equidad de género, que al combate a la corrupción.
Si visita usted
su página de Internet podrá notar cuánto y en qué han trabajado. Otra área de
ornato que nos cuesta mucho a los veracruzanos, para los nulos resultados que
han entregado. Si permanece, la reconvierten o la desaparecen, los veracruzanos
no notarían la diferencia. Ni la burlan perdonan con el nombre.
@YamiriRodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario