Yamiri Rodríguez Madrid
La Alerta Amber nació como una herramienta
de difusión masiva para ayudar a la pronta localización y recuperación de
niñas, niños y adolescentes mediante una ficha de datos con
fotografía, en todos los medios de comunicación disponibles, para lo cual el
Gobierno de la República puede activar una alerta nacional o internacional, o
en su caso, coordinar la activación de una alerta estatal. De unos años para acá, no hay semana en la
que en Veracruz no se emita una ficha de búsqueda de este tipo.
Tan solo en la última semana del año
pasado, en Coatzacoalcos se buscaban a una niña de 17 años y a otra de 16
meses. En Totutla, el 28 de diciembre desapareció una niña de 13 años y, ese
mismo día, en la localidad de Cerro Gordo, en Emiliano Zapata, una de 17 años.
Una semana antes, el 24 de diciembre, se emitió
una Alerta Amber para una jovencita de 15 años en Tempoal; el 23, para una de
16 en Fortín y para una pequeñita de 4 años en el Puerto. El 20 de diciembre
desapareció un jovencito de 16 años, en La Estanzuela, en Emiliano Zapata.
Esos, son solo unos cuantos casos de las
desapariciones en el estado, pero ayudan a dimensionar la magnitud del problema
en la entidad. Es cierto que, en
algunos casos, está involucrado uno de los progenitores, pero en otros es mucha
más profunda la causa de su desaparición. Antes de que se torne una crisis,
tanto autoridades como padres de familia debemos tener un mayor involucramiento
con los menores sobre los riesgos en su entorno y el papel de las redes sociales.
Muchas veces no tenemos ni la menor idea de con quiénes se relacionan nuestros
hijos a través de sus teléfonos o computadoras; pudiera ser un depredador o,
incluso, una red de trata. Por eso hay que estar siempre alertas.
Ojalá que en este año que inicia haya una
considerable reducción en el número de menores que desaparecen y, si a usted le
llega una Alerta Amber, haga favor de compartirla. Eso también siempre ayuda.
@YamiriRodriguez
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