Yamiri Rodríguez Madrid
La violencia contra menores es
una problemática crítica que atraviesa México y, en particular, el estado de
Veracruz, donde los índices de violencia han alcanzado niveles alarmantes: los dolorosos
casos de Poleth en Orizaba y de Isidro, en Alto Lucero, son una clara muestra
de esto.
De acuerdo con cifras de la Red
por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), en 2023 se registraron más
de mil homicidios de menores en el país, lo que posiciona a la violencia letal
como una de las principales causas de muerte infantil. A nivel nacional,
Veracruz es uno de los estados más golpeados por esta crisis, con tasas de
homicidio infantil por encima de la media nacional.
Sin embargo, el problema no solo
se limita a los homicidios. Los casos de abuso sexual, desapariciones y
maltrato físico y emocional también están en aumento. Los datos del Sistema
Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), arrojan que el
maltrato infantil en Veracruz se ha incrementado de forma alarmante en los
últimos años. En 2022, más de 2 mil 500 menores fueron víctimas de abuso físico
en el estado, una cifra que puede ser solo la punta del iceberg, dado que
muchas agresiones no son denunciadas por miedo o por la falta de un sistema de
apoyo adecuado.
Poleth, de solo 11 años, fue
víctima de feminicidio. Hay muchas
hipótesis en torno a su asesinato; más allá de esto, son cosas que nunca
debieron suceder y que no hablan de la urgencia de que no solo el gobierno
trabaje en políticas públicas que garanticen su protección, sino en la
recomposición del tejido social, tarea que le toca a cada hogar veracruzano. El
caso de Isidro, de apenas 7 años, pareciera no tener pies ni cabeza.
La Fiscalía General del Estado afirmó que se sigue una línea
de investigación en cada caso y que se haría justicia. En el caso del pequeño, ya hay dos personas
detenidas y, en el de ella, hay una persona sospechosa que ya fue identificada,
por lo que se giraría una orden de aprehensión en su contra. Tristemente no son
los primeros casos, ojalá y sean los últimos.
Las políticas públicas que hay en todo el país para intentar
protegerlas, han quedado superadas por la dura realidad; urge modificarlas para
que casos como el Poleth, Isidro y mucho otros menores veracruzanos, no se vuelvan
a dar nunca más.
@YamiriRodriguez
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