Yamiri Rodríguez Madrid
Las y los trabajadores de
la delegación federal de Bienestar tienen semanas soportando los
vendavales. Primero fue por el jaloneo
entre los exdelegados, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y Daisy Lludmila
Martínez Cámara; ahora por la llegada del nuevo titular, el exdiputado Juan
Javier Gómez Cazarín; solo esperan el sacudidón en la nómina.
Cuando Manuel Huerta fue
a contender por el Senado de la
República presentó su renuncia y, en su lugar se nombró a Daisy Lludmila
para que no hubiese sobresaltos en la dependencia federal. En octubre decidieron ratificarla en la
cargo pues ya conocía bien el funcionamiento y, además, su padre, Lucas
Martínez, expresidente municipal de Jáltipan, fue gran amigo del expresidente Andrés
Manuel López Obrador, pues fue fundador del Movimiento de Regeneración Nacional
(Morena), en el sur del estado.
Todo iba terso, como
cuchillo en mantequilla, hasta que empezaron los desencuentros con las cercanas
a su antecesor, al punto que se decía que por lo menos una docena de ellas
serían corridas pues supuestamente cada una de ellas tenía a otras diez
personas cobrando, pero sin trabajar ahí: aviadores les dicen.
Eso alimentó el desencuentro
y propició que el gusto de la ratificación solo le durara unos cuantos días y volvieran
a poner en el foco al oriundo de Hueyapan de Ocampo para quedarse en el cargo.
Y digo, volvieran a poner en el foco porque antes de ratificarla a ella, Gómez
Cazarín era la primera opción, pero se aceleró anunciando el cargo que le iba a
dar, que lo pusieron en hielo. Sin embargo, la suerte lo socorrió por el nivel
del jaloneo entre los otros dos personajes.
Juan Javier Gómez forma
parte de otro grupo político, de otra tribu.
En seis años nunca tuvo afinidad con Manuel Huerta, pero su segundo de
abordo es cercano al Senador. Dicen los
trabajadores que supuestamente Huerta les dice que no hay de que preocuparse,
pues todo seguirá igual. Al mismo tiempo
se preguntan si Cazarín sí se atreverá a depurar la nómina, como una de sus
primeras acciones o el control seguirá estando en manos del Senador.
Lo que menos quieren es
que salgan unas novias y entren otras….Se parece tanto a las viejas prácticas
del PRI que tanto criticaron que hoy Cazarín tiene la oportunidad de dar un
manotazo y poner la casa en orden.
@YamiriRodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario