Yamiri
Rodríguez Madrid
Raymundo Andrade Rivera es el peor enemigo
de su propia administración. Desde que arrancó su gestión como presidente
municipal de Coatepec, el morenista se ha empeñado en autosabotearse. Han transcurrido
tres largos años en los que solo se ha dado a conocer por sus múltiples pifias
y ahora, que quedó huérfano de tribu, se le ve desesperado.
Llegando, llegando, quería desalojar a los
bomberos de su cuartel. Las obras que ha
realizado en todos estos años, se cuentan con los dedos de las manos y ahora
hasta una auditoría le podría caer por supuestos malos manejos de la Comisión
Municipal de Agua y Saneamiento.
Ahora, cual novato en la política, fue
grabado a plena luz del día, afuera del palacio municipal, amedrentando a un
grupo de Antorchistas, quienes, sin groserías ni violencia, le pedían ser atendidos.
La respuesta del edil fue que si se aparecían el día de su informe, les iba a
echar la Fuerza Pública. No, no es exageración. No puede alegar que es falso; hizo gala de
su falta de oficio y sensibilidad política.
Lo que tanto repudió Morena de los otros
partidos políticos, hoy lo encarnan personajes como el alcalde de Coatepec:
prepotentes, lejanos y desinteresados en escuchar a los ciudadanos, votarán o
no por él. Usando la fuerza pública no
para cuidar a la gente, sino para servirle a él, para que su día, el del
informe, se aparente que el pueblo es ejemplo estatal.
Con razón se le ve luego solo y su alma en
el súper; ni quien lo reconozca. Han sido para Coatepec, otros tres años
tirados a la basura y, quien lo suceda en el cargo, va a recibir un costal de
pendientes, una papa caliente, empezando por el estado en que se encuentran prácticamente
todas las calles en el municipio. Su gestión no abonará al que venga; por el
contrario, los va a arrastrar.
¡Y aún le queda un año!
@YamiriRodriguez
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