Yamiri Rodríguez Madrid
Para quienes serán candidatos y
candidatas en este proceso electoral municipal, la encuesta es una herramienta fundamental
para cimentar su campaña; sin embargo, la gran mayoría no quiere invertir en
este instrumento y quieren tocarla de oído, como dicen los músicos, o bien se
dejan llevar por las encuestas que pululan sin la mínima seriedad.
Una encuesta sería, buena y que
les sea útil, es costosa, pero dicen que lo más caro en política es perder; por
eso necesitan una encuesta previa al inicio de la campaña para saber dónde
están parados y no me refiero únicamente al nivel de conocimiento e intención
de voto que tienen, careados con los otros aspirantes, sino el humor social que
prevalece en el municipio que pretenden gobernar: no es lo mismo la situación,
en todos los aspectos, que viven en Córdoba, a la que viven en Tuxpan o en
Coatzacoalcos: cambian los problemas, los temores y hasta las expectativas.
Otro principio básico es que la
campaña no se trata del candidato, sino de lo que a la gente le preocupa, pero,
si no se conoce el humor social, ¿cómo van a conectar con ellos? Para eso sirve
una encuesta con un cuestionario bien estructurado. Las encuestas no son solo
para moverlas en medios y en redes para generar la percepción de que van
arriba, sino para tomar decisiones bien fundamentadas si quieren alcanzar y
ganar o mantenerse para conservar el virtual triunfo.
Pero la mayoría de aspirantes y
candidatos creen que con bombardear a la gente con encuestadoras por demás quemadas
diciendo que ellos van arriba, ya están del otro lado, cuando la realidad es
que es ocioso. Así que prepárese para que nos lluevan encuestas patito,
encuestas fantasmas diciendo que van 200 puntos arriba de su más cercano
adversario; son herramientas por demás trilladas, pero tan choteadas que, en
esta nueva elección, volverán a estar presentes para deleite únicamente del
círculo rojo y los equipos de campaña.
@YamiriRodríguez
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