Yamiri Rodríguez Madrid
La Unidad Médica Familiar 17 da
servicio a los derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)
de Coatepec y la región; por la cantidad de municipios que atiende, todos los
días tiene mucho movimiento. Si bien se aplaude que ampliaran el número de
consultorios y que ahora también atiendan en fin de semana, todo eso se
desploma por los malos modos de algunos de sus empleados.
En la añeja triada de problemas
que tiene el IMSS, está precisamente el mal trato hacia la gente. Hay algunos
que pareciera disfrutan hacerle caras a la gente; que exudan que están a disgusto
haciendo su chamba, como oliendo vaya usted a saber qué, porque fruncen la
boca, la nariz y el ceño, y se desquitan con la gente. Eso pasa en las áreas administrativas de la
clínica del IMSS de Coatepec.
Si usted tiene que ir a hacer
algún trámite a afiliaciones o pensiones, despídase de su día, porque lo va a
perder; empecemos por el hecho de que hay un tablero con los supuestos
requisitos, pero ya en la ventanilla son más, muchos más. Hay que dar dos o
tres vueltas a la fotocopiadora y si quiere consultar en línea, la página
falla, aunque eso -claro, es problema nacional.
Le voy a contar lo que me pasó al
intentar reactivar la derechohabiencia de mi hijo menor de edad. Resulta que, si su hijo o hija tiene más de
16 años, hay que solicitar una prórroga para que siga recibiendo la
atención. Así que fui a hacer el
trámite. En el primer intento, me
regresaron porque faltaba un documento.
En el segundo intento, el joven de
la ventanilla, él sí siempre muy amable, me dijo que como la constancia de
estudios indicaba que estaba inscrito para el semestre de enero a septiembre - ¡hay
vacaciones! -, tendría que regresar entonces hasta septiembre, por lo que, si
en cinco o seis semanas se enfermaba, no podría ser atendido. Claro, la cuota del IMSS se cobra mes con
mes, puntual y completa. Me dijo que
pasara con el director entonces y que, si él me autorizaba que se reactivara
así, adelante. Fui entonces a la dirección.
La secretaria del director, con
cara de pocos amigos, me dijo que me tendría que esperar a septiembre a que empezaran
las clases. Le pregunté entonces por qué tendría que permanecer sin la atención
mi hijo y me dijo así eran las reglas.
En eso abrió la puerta el director, lo abordé para explicarle la situación
y firmó la constancia de estudios que llevaba.
Regresé al tercer intento a la
ventanilla y entonces la encargada de la ventanilla de jubilaciones, de nombre
Gloria Oceguera, comenzó a reprimir a su compañero que me atendía. Le dijo que el director no era quien para autorizar
eso, que me mandara a la Subdelegación, como si yo no estuviera ahí parada y
con cara de harta. Ah porque, además, su horario de atención es de lunes a
viernes de 8 a 14 horas, pero como era viernes, nos dijeron a los que estamos
formados que los viernes es de 8 a 13 hrs.
Supongo que cuando usted va a una
clínica a Dinamarca así lo tratan a uno y la encargada de una ventanilla
pelusea al director de toda la clínica.
Mientras el IMSS no capacite a su personal en atención al usuario, van a
seguir arrastrando la mala imagen que tienen.
En una próxima entrega le platicaré,
por cierto, como si usted requiere una cirugía, primero debe pasar al médico
familiar; si corre con suerte en tres meses lo canalizarán al especialista; 15
días después le harán análisis y en un mes regresará a que le den fecha para
cirugía para los tres meses posteriores. Pero la familia materna radicada en la
entidad, del director general, Zoé Robledo Aburto, no pasa por ese viacrucis:
con una llamada llegan directo al López Mateos, en el Puerto, para ser
atendidos. Eso, con detalle, se lo
cuento luego.
@YamiriRodriguez
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