Yamiri Rodríguez Madrid
Como la ronda infantil, varios dirigentes partidistas pueden
comenzar a cantar eso de yo tenía 10 alcaldes, ya nada más me quedan 9; yo
tenía 9 alcaldes, ya nada más me quedan 8 y así sucesivamente. Aunque faltan
cinco meses y medio para que rindan protesta las y los 212 nuevos presidentes
municipales, el cambio de camisetas partidistas está a todo lo que da.
Bien dicen que no hay nada nuevo bajo el sol, pues dicha
situación se da cada cuatro años, al término del proceso electoral. Los partidos políticos terminan con x número
de triunfos en las urnas, pero dependiendo de la habilidad de negociación de
sus líderes, terminan con más o con menos fichas. Eso es lo que está sucediendo en este
momento.
Hace apenas unos días el líder petista, Vicente Aguilar Aguilar
se quejaba de que cinco de sus presidentes municipales electos ya se habían
pasado con su aliado más fuerte, el partido en el poder: Morena. Como la canción: de sus 30 alcaldías ganadas,
hasta ahora, solo le quedan 25-
Los políticos con ideales de veleta son Flor María Sosa
Zamudio, por Lerdo de Tejada, quien por cierto es madre del actual alcalde
Fabián Cárdenas Sosa; de Tempoal, Martín Meraz Argüelles; de Jalacingo, Miguel
Vicente Cuellar Contreras y, posiblemente también el de Tatahuicapan, Vladimir
González Martínez.
Descarados, los expetistas todavía posaron para el Face con el
dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, por lo que de ingratos no
los baja. Pero esto sucede en todos
los partidos y lo mismo ya le pasó al PAN.
Josué Sánchez Salazar, quien ganó con las siglas del PAN en
el municipio de Chumatlán, ahora es fuel devoto de la Cuarta Transformación.
Así, de 35 municipios ganados ya va en 34 y a ver cuántos más se desgranan de
aquí al 1 de enero de 2026. Como traicionero lo ha calificado Federico Salomón
Molina, líder estatal del PAN.
Miguel Ángel Grajales ganó por la
vía independiente en Zaragoza; sin embargo, ya reconsideró que solo no va a
llegar muy lejos su carrera política y ya también es morenista.
Lo cierto es que podrán llamarlos
ingratos, traicioneros, ideales de veleta, convenencieros, chaqueteros y todo
lo que usted quiera, pero poco les importa pues finalmente creen estar, como
dice el slogan de Morena: del lado correcto de la historia. No es lo mismo estar del lado de la oposición
que del lado del oficial en recursos, en obras y en todo lo que implique.
Y agárrese, porque serán más.
@YamiriRodriguez
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