lunes, 21 de mayo de 2012
Las pasiones de Fuentes
Por Yamiri Rodríguez Madrid
Félix Maldonado categórico sentenció: “la muerte de todos empieza a los 20 años”…
Félix Maldonado, una especie de James Bond mexicano para muchos, se metió a los intestinos de la política mexicana y llegó así a La Cabeza de la Hidra…
Félix Maldonado es uno de los muchos hijos e hijas nacidos de la magistral pluma de Carlos Fuentes.
Al maestro de las letras le llegó la muerte este 15 de mayo, 63 años después, dejando una vasta producción literaria, para mala fortuna nuestra, desconocida por muchos.
A propósito de su muerte, La Cabeza de la Hidra, se erige hoy varias décadas después de haber visto la luz, como un análisis vigente de la política mexicana, o tal vez, como una muestra de que mucha de la politiquería mexicana permanece inamovible: el tema petrolero y la disputa en torno a este.
Un funcionario gris, como muchos de este país, en una dependencia gubernamental es parte de una conspiración en la que no sé sabe quién es quién, bueusa que llamamos La República Mexicana."
Así, en un país, en el que no leemos, en el que no tenemos ni las ganas ni el interés por conocer a nuestros máximos exponentes, no habría mejor tributo para él que leer, releer, su gran obra.
Bien lo escribió Fuentes: “La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero losba la política, aunque no tanto como la literatura…En La Región Más Transparente, escrita hace más de 50 años, compartió la intimidad de la identidad mexicana construyendo las ambiciones, esperanzas, desesperanzas y los temores de la gente de todos los ámbitos sociopolíticos y económicos de la vida mexicana.
La meta de identificar a México, decía el maestro, se asemeja mucho a la lucha interna de cada mexicano a identificar a si mismo. En esta lucha figura la historia colonial, los trastornos de la revolución y la reorganización e intentos a entablar el progreso en el mundo pos-revolucionario.
Y en La Silla del Águila, él mismo se refirió a esta obra del 2003 como el recuento de una sociedad que había vivido con los ojos pelones sin saber qué hacer con la democracia: "Te ponen en el pecho la banda tricolor, te sientas en la Silla del Águila y ¡vámonos! Es como si te hubieras subido a la montaña rusa, te sueltan...y haces una mueca que se: vuelve tú máscara.. la Silla del Águila, es nada más y nada menos que un asiento en la montaña rusa que llamamos La República Mexicana."
Así, en un país, en el que no leemos, en el que no tenemos ni las ganas ni el interés por conocer a nuestros máximos exponentes, no habría mejor tributo para él que leer, releer, su gran obra.
Bien lo escribió Fuentes: “La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es”.
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