miércoles, 23 de mayo de 2012
Los paisanos condenados a muerte en el extranjero
Por Yamiri Rodríguez Madrid
Una noticia que ha dado la vuelta al mundo fue la condena a muerte que en Malasia recibieron tres mexicanos por el delito de narcotráfico.
José Regino, Simón y Luis Alfonso González Villareal pudieran morir en la horca, después de que en 2008 autoridades de dicho país asiático los arrestaran en la ciudad de Jahor con 29 kilos de metanfetaminas, lo cual allá, es castigado de esa manera.
Y es que aunque los sinaloenes alegan que son inocentes, que estaban ahí únicamente para limpiar el lugar, el llamado Juez Soga, Mohamed Sawawi, pretende agregar una raya más al tigre, en su largo historial de sentencias a muertes, dándoles la pena máxima a estos sujetos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Comisión Nacional para los Derechos Humanos (CNDH) han solicitado el indulto para ellos, sin embargo, recordemos el polémico caso de Florence Cassez, condenada a 60 años por el delito de secuestro, delincuencia organizada y posesión ilegal de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, el cual derivó incluso en un conflicto diplomático entre ambos estados.
Mientras que el país galo ha señalado irregularidades en el proceso que se le sigue a su ciudadana, México ha exigido respeto a su autonomía y a sus leyes, porque en el caso malasio, valdría aplicar la empatía.
Tan sólo el año pasado, se tenían contabilizados por lo menos 20 mil mexicanos detenidos en el extranjero, la gran mayoría de estos por delitos relacionados con el narcotráfico, diez por ciento mujeres, más de 17 mil 700 purgando condenas en el vecino país del norte.
En España, Alemania, Perú, Italia, Panamá, Japón, China, Tailanda y Colombia están reclusos el resto de los connacionales, según datos de la Dirección de Protección a Mexicanos en el Exterior, de la SRE.
En el caso veracruzano, existen tres paisanos radicados en los Estados Unidos de manera ilegal, los cuales podrían también recibir la pena máxima, pues están involucrados en el asesinato en primer grado de ciudadanos americanos en el 2009.
Los asesinos confesos son originarios de los municipios de Xalapa, Misantla y Veracruz.
Aunque la defensa legal está avanzada, por lo menos de la cadena perpetua no se salvarán…la peor tortura para estos veracruzanos es el no saber qué será de su futuro, pues a decir de funcionarios de la cancillería mexicana, la sentencia en Estados Unidos podría demorar hasta una década en ser dictada.
Así, la pregunta de los 64 mil es: ¿Y cuánto gastamos como país en la defensa de estos paisanos mexicanos, que por cierto casi todos se dicen inocentes?
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