Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Como
en cada proceso electoral, salieron los jóvenes priistas a demandar ser tomados
en cuenta para las candidaturas a las presidencias municipales en Veracruz
pero, principalmente para las regidurías pues, como bien dicen, hoy muchos en
el PRI no quieren ser los abanderados sino los que van de uno en las planillas,
pues son los únicos que la tienen segura.
A
través de la llamada Red de Jóvenes por
México, se quejaron de los males de siempre: que nunca son tomados en
cuenta, que así como hay cupos por género, los debe haber también por edad y,
ya emberrinchados, amenazaron con impugnar candidaturas y hasta irse en bola
del partido si no les dan las posiciones edilicias que pelean.
Pero,
¿qué han hecho para merecer tal privilegio? ¿Tener 18, 25 años?, ¿Repartir una
centena de despensas que algún padrino político les otorgó? Yo no he visto ni a
los jóvenes priistas, ni a los panistas, ni a los perredistas, ni a los
morenistas ni a los de ningún partido político, participando activamente por el
bien de su comunidad.
Los
hoy políticos encumbrados –o enquistados que sería el mejor término-, empezaron
pintando bardas, boteando, volanteando, caminando y gastando suela. En la actualidad, estos muchachitos se bajan
de sus camionetas y autos de lujo climatizados y esperan que los candidatos les
digan: ven por favor a sumar 200 votos a mi causa y llévate la posición número
1.
Lo
único que han hecho ha sido denostarse entre sí, pasarse pegados al celular y
creer que saben mucho más que los propios candidatos. Por supuesto, siempre hay
sus honrosas excepciones, aunque no veo ninguna ahorita en el priismo de
Veracruz.
Son
260 espacios, entre candidaturas, sindicaturas y regidurías las que pelean los
jóvenes, todas por supuesto en las grandes ciudades como Xalapa, Veracruz, Boca
del Río, Coatzacoalcos y Córdoba, donde tengan reflector y creen que de ahí
podrán saltar a las diputaciones. Difícilmente les tocará media docena.
Lo
cierto es que los chiquillos creen tener el gran capital político y no tienen
ningún respaldo social, nadie los conoce, no tienen nada que sumar: lo único
que pesa en ellos es un gran ego y muchas horas de planeación, pero nada
aterrizan y aun así se ponen sabrosos con el partido y sus candidatos.
@YamiriRodríguez
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