Por Yamiri Rodríguez Madrid
En el marco del
Día Mundial del Donante de Sangre, es necesario hacer conciencia en todas
aquellas personas que lucran con el dolor y desesperación de miles de familias,
al venderles lo que tanto necesitan para sus enfermos: unidades para
transfusión.
Basta darse una
vuelta por el Centro Estatal de Cancerología, en la capital veracruzana, para
constatarlo: camine una mañana por cualquier pasillo e inmediatamente alguien
le abordará discretamente para decirle que, si necesita un donador, por 500 pesos
o x cantidad, él o ella lo puede hacer.
Si la familia tiene recursos, inmediatamente accede. Si no, continuará clamando prácticamente en
la soledad del desierto, por la ayuda solidaria.
Todos los días
hay cientos de personas que requieren donadores. Los hospitales públicos abren sus puertas
desde temprano para recibir a quienes valiente y desinteresadamente acuden al
llamado. Incluso, para que más personas
asistan, hasta gratuitamente le practican la prueba del VIH. Pero son pocos, muy pocos, los donantes.
El tema de la
campaña de este año, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es que la
donación de sangre es un acto solidario. Se destacan los valores humanos
fundamentales del altruismo, respeto, empatía y generosidad, que están en la
base de los sistemas de donación voluntaria y no remunerada. Con el lema “Date
a los demás. Dona sangre. Comparte vida”, se busca llamar la atención hacia el
papel que tienen los sistemas de donación voluntaria a la hora de cuidarnos
unos a otros y crear lazos sociales y una comunidad cohesionada.
El que en los
hospitales veracruzanos se comercialice la donación de sangre no es culpa de
nuestras autoridades, sino una muestra evidente de un fallo como sociedad. ¿Cuántas veces usted ha donado sangre?,
¿cuántas veces ha compartido el mensaje de un conocido que solicita donadores?
Los bancos de
sangre batallan todos los días por reabastecerse, ya no hablemos de los tipos
más raros de sangre, sino de los más comunes que prácticamente todos tenemos.
Hoy, que en todos nuestros nosocomios se está recibiendo sangre, las filas deberían
compararse a las de una caja en venta nocturna de tienda departamental pero no,
todos nos hacemos de la vista gorda hasta que, desafortunadamente, nosotros o alguien
de nuestra familia la necesitamos.
@YamiriRodríguez.
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