Por Yamiri
Rodríguez Madrid
En Barcelona, España,
en 2007, una mujer de 58 años fue quemada viva por su marido. Había vivido todo su matrimonio bajo el
maltrato y, cuando por fin se decidió a abandonarlo, la mató. Fue una nota que dio la vuelta al mundo, que
generó movilizaciones, minutos que se volvieron en horas de silencio.
En Minatitlán,
Veracruz, la semana pasada una joven mujer, de 26 años, fue asesinada a balazos
mientras amamantaba a su bebe de 9 meses. Su otro hijo, de 4 años, presenció el
asesinato. Ella ya había denunciado el maltrato
ante el DIF municipal, pero ¿qué hicieron?
La inoperancia
de las autoridades ha llevado a la muerte a miles de mujeres en México y en el
mundo.
Si bien en
Veracruz se ha avanzado haciendo conciencia entre las niñas y las mujeres sobre
los tipos de violencia que existen y cómo identificarlos, de nada sirve si no
hay una sanción a los agresores.
Muchas mujeres
no denuncian el maltrato psicológico o físico primero, por temor a sus
agresores, sus propias parejas: segundo, por el escarnio social que creen que
puedan sufrir y, tercero, porque como en el caso de esta mujer de Minatitlán,
aunque denuncien la violencia no para, por el contrario, arrecia en contra de
ellas.
La violencia
contra las mujeres se da en todos los estratos sociales. Proviene de
profesionistas y de gente sin estudios, de políticos y campesinos. No distingue, pero marca a las mujeres que la
padecen en sus cuerpos y en sus mentes.
Es urgente, que
el casi inoperativo Instituto Veracruzano de las Mujeres insista en la Fiscalía
y en los DIF municipales para que estos hagan su trabajo pues ni el Instituto
ni el Ayuntamiento de Minatitlán, han dicho una sola palabra, hasta el momento,
sobre esta tragedia ocurrida en el sur del estado.
Seguramente la
denuncia de esta joven madre se quedó sobre el escritorio de algún funcionario
municipal, archivada, empolvándose, olvidada, mientras le arrebataron la vida
como a muchas otras más. Ni una más.
@YamiriRodríguez
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