Por Yamiri
Rodríguez Madrid
La primera gran
crisis que enfrentó el gobierno federal por el desabasto de combustibles en por
lo menos 10 estados del país dejó tremenda cicatriz en la secretaría de
Energía, Norma Rocío Nahle García.
El problema
evidenció lo que muchos temíamos desde que se dio a conocer que ella ocuparía
dicha cartera en el gobierno lopezobradorista: que no tenía la suficiente
preparación ni la visión política para ocupar el cargo.
Coloquialmente
se dice que no es lo mismo ser borracho que cantinero y eso fue precisamente lo
que le pasó. Como opositora fue
estridente pero ahora, ya en la estructura de gobierno, se le ha visto la falta
de oficio ante un mar de versiones que vienen de un sentido y otro, en un
intento de explicar el porqué de la falta combustible.
Lejos de ayudar
a mitigar el impacto de la crisis en la figura presidencial se replegó lo más
que pudo y fue el propio López Obrador quien ha estado recibiendo todos los
señalamientos cuando se supone, eso tenía que hacer ella o el casi invisible
director de Petróleos Mexicanos.
La primera
muestra la dio cuando en lugar de centrarse a hablar del tema en comento, en
sus redes sociales la zacatecana, tratando de causar la impresión de ser una
política fresca, cual cronista deportivo, se puso a hablar de los resultados de
futbol, lo que le valió una andanada de críticas a través de la red social de
Twitter.
Si bien, la ex
diputada federal y senadora con licencia sabe de la estima que le tiene el
Presidente, no puede fincar el futuro de su meteórica trayectoria política solo
en eso, pues en estos casi 50 días solo hemos visto los tumbos que ha dado el
área que le encomendaron y, de seguir por el mismo rumbo, es factible que el
suyo sea uno de los primeros cambios federales.
Dice otro dicho
que echando a perder se aprende, pero en el caso suyo, sería no solo reprobable
sino imposible para el país.
@YamiriRodriguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario