Yamiri Rodríguez Madrid
El destape de José Manuel Del Río Virgen a
la gubernatura veracruzana por el MC, tuvo la misma fuerza que un tehuacán
abierto la noche del viernes y servido hoy.
No levantó entusiasmo alguno; es más, ya se veía venir. El ex presidente municipal de Tecolutla
tiene más de veinte años a la sombra de Dante Delgado Rannauro, dueño del
partido Movimiento Ciudadano, por lo que su anuncio obedece a las tenebras que
el ex gobernador interino viene tejiendo de cara al 2024.
Del Río, secretario técnico del Senado de
la República, baila al son que le toque Dante, por eso lo mandará a la boleta
sabiendo que no va a ganar y que el porcentaje mínimo que requiere para
conservar el registro, le ayudarán desde Palacio Nacional a conseguirlo.
La opción número uno del cordobés fue su
ahijado político, Sergio Gil Rullan, actual dirigente estatal del partido, pero
como no causó ningún efecto, por más que tapizaron de espectaculares, llenaron
de spots, lo placearon con chamarra negra a 40 grados y retó al Gobernador una
y otra vez a debatir, ahora se decantó por Del Río.
Es cierto que Del Río Virgen es un hombre muy
preparado académicamente, que sí tiene credenciales políticas, pero tiene años
tras escritorios haciendo chamba compleja, por lo que su nivel de conocimiento
en Veracruz es prácticamente nulo y, los pocos que lo conocen, ya son de la
tercera edad, al igual que Dante, y ellos votan mayoritariamente por Morena.
Si lo quisieran hacer crecer en
conocimiento a contra reloj, tendrían que invertirle y Dante no les suelta un
solo peso a sus candidatos; se queda con todo, los deja solos. Su estrategia es martirizarlo con el tema de
su encarcelamiento en 2021, como ya mostraron baraja con el primer video que
lanzó este sábado, pero salió libre hace meses y lejos de entonces sí capitalizar
su injusta detención, se sumergió esperando instrucciones del jefe. Retomarlo
ahora le quitó inmediatez e indignación al tema.
Salir a pegarle a Cuitláhuac García y a su
administración con una de las múltiples pifias cometidas, como el uso excesivo
del poder en contra de sus enemigos políticos, ya se diluyó; lo dejaron
correr. La memoria colectiva es corta,
efímera.
Así, una pena que José Manuel Del Río se
preste a los embustes de Delgado Rannauro, pero bien lo habrá de recompensar
con una plurinominal al Senado o a la diputación federal. A todo esto, ¿qué dirá el priista Pepe Yunes
que juraba que él era el único factor posible para traer a Dante al Frente?
Lástima Margarito.
@YamiriRodriguez
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