Yamiri Rodríguez Madrid
Siempre nos quejamos de lo engorroso que
resulta hacer un trámite ante cualquier dependencia. Largas filas, malos
tratos, que le faltó x o y documento o determinado número de copias, pero muy
poco decimos cuando una oficina gubernamental funciona al cien por ciento. A prácticamente
todos nos ha tocado hacer un trámite personal y antes incluso de acudir, nos mentalizamos
a perder medio día de nuestro tiempo.
Una de las pocas áreas que es muy
eficiente y puntual es la Oficina de Tránsito. Si usted necesita canjear su
licencia, en una hora estará fuera si cumple con los requisitos. Abre a las 8
de la mañana; tiene diferentes módulos en la capital veracruzana y hasta en
sábado trabajan algunos de ellos. Son,
en promedio, 80 trámites los que realizan diariamente y, aunque usted no lo crea,
todos son muy amables. Para canje debe
llevar su licencia actual, comprobante de domicilio e identificación oficial,
todo en original. Una vez cotejados los papeles, debe acudir a pagar, ya sea a
la tienda de conveniencia que está a unos metros de ahí o a un banco, pues no
se aceptan pagos en efectivo. Ojalá que todas las oficinas gubernamentales
trabajaran de la misma manera.
Caso contrario es el de la Comisión
Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS).
No importa que usted lleve el colchón de papeles que aparecen en la
página de Internet con su respectivo bonche de copias a la oficina ubicada en
Miguel Alemán; la mayoría del personal está de malas, pese a que recién abran
la oficina y lo hacen regresar a uno varias veces: el falso poder burócrata que
creen tener.
¿De qué depende que una oficina trabaje
como reloj suizo y otras no? ¿De los jefes? ¿De la falta de supervisión? Vaya
usted a saber, pero Tránsito, aunque sea para el pago de una multa, se saca
estrellita en la atención.
@YamiriRodriguez
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