Yamiri Rodríguez Madrid
Este miércoles 15, la jefa de la Oficina
de Programa de Gobierno, Waltraud Martínez Olvera, fue la encargada de entregar
al Congreso Local el quinto informe de labores de Cuitláhuac García Jiménez, el
penúltimo de esta administración estatal morenista.
Ahí, la primera mujer en ocupar dicho
cargo destacó que son vastos los
logros de este año, como el combate a la pobreza en una histórica reducción de
los índices en la materia con más de 530 mil veracruzanos que ya tienen acceso
a mejores ingresos, una alimentación sana y suficiente, la dignificación de la
vivienda y el acceso a servicios básicos como el agua y luz eléctrica.
Con el acto protocolario empieza también la
etapa en la que muchos en el gabinete legal y ampliado comenzarán a buscar
nuevos horizontes, ya sea como candidatos o bien, tratando de encontrar cabida
en la próxima administración de su partido.
Ya lo dijo el mandatario veracruzano que tendrán unos días para decidir
si se van o lo acompañan a cerrar su administración.
En vía de mientras vale la pena echarle un
ojo al proceso interno de Morena por las diputaciones federales y así checar
quiénes se inscribieron para dimensionar de qué tamaño será el hueco, tanto en
la estructura estatal, como en el Congreso Local y en las presidencias
municipales.
Lo cierto es que este quinto año es
también la oportunidad para meter el acelerador y sacar avante los pendientes
que aún quedan y, lo más importante: consolidar un legado en positivo. Si usted
va a la calle y pregunta a cualquier persona qué es lo que más recuerda que hicieron
los últimos cinco o seis gobernadores, se dará cuenta que muchos son incapaces
de nombrar una sola obra y, quienes pueden, tienen referencias muy negativas.
Muchos adultos mayores recuerdan con
aprecio lo que hizo como interino priista Dante Delgado; de Patricio Chirinos
unos cuántos pueden referir, después de tomarse su tiempo, que se le otorgó
autonomía a la Universidad Veracruzana. De Miguel Alemán, tristemente, aunque
sí hubo obras y acciones muy positivos, la mayoría refieren la deuda de 3 mil
500 millones que dejó y que luego compró la línea aérea de Interjet. De Fidel
Herrera muchos recuerdan los puentes que no llevan a ningún lado en diversos
puntos del estado y, de Javier Duarte, mejor ni hablamos.
A Miguel Ángel Yunes ni tiempo le dio de
nada, pero Cuitláhuac García tiene aún la oportunidad de oro de trabajar para
dejar algo con que los veracruzanos lo recuerden después de muchos, muchos años.
Mientras eso pasa, inician las
comparecencias de los secretarios de despacho; a Víctor Vargas, de Educación, y
el tabasqueño Carlos Juárez Gil, de Gobierno, les tocará la novatada de
sentarse al banquillo; que no se preocupen, porque ya en plena campaña, difícil
se ve que haya lleno de diputados y con ganas de cuestionar.
@YamiriRodriguez
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