Yamiri
Rodríguez Madrid
Si bien apenas el 18 de octubre Adolfo
Ramírez Arana y Lorena Piñón Rivera rindieron protesta como presidente y
secretaria del Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) en Veracruz, no solo no han podido fijar una agenda propia, sino que se
han visto sometidos a varias crisis. Insisto: sin siquiera tener un mes en el
cargo.
Primero fue cuando un grupo de priistas,
entre ellos el exaspirante a la dirigencia estatal, Fernando Kuri Kuri; dos ex
presidentes del partido, Renato Alarcón y Jorge Carvallo Delfín, entre otros
personajes, pusieron en tela de juicio el nombramiento de la dupla priista y
anunciaron la conformación del Grupo Veracruz.
Entonces Ramírez Arana tuvo que
salir a decir que cada militante era valioso y que siempre iba a privilegiar la
unidad, aunque no se sabe que haya buscado a alguno de ese grupo.
Luego, tal vez en la búsqueda de moros con
tranchetes, arremetieron contra la diputada local del PRI, Anilú Ingram Vallines.
Aunque supuestamente son “voces” de la militancia las que intentan atacarla,
suenan a voces tripuladas, pues tenía meses -por no decir que años-, que ni se
sabía de su existencia de algunos de estos personajes, y de pronto salen a repartir
catorrazos. Haber iniciado ese fuego es
costoso para el partido, no solo por el hecho de que sus militantes mujeres que
sí le suman se cuentan con los dedos de una mano, sino también porque a Morena
le sirve una oposición dividida para ganar, para pulverizar. Otra vez, Ramírez
Arana tuvo que decir que era su amiga y hasta la encartó en lo que presume es “la
caballada gorda” del PRI a la gubernatura.
Vino después, el 31 de octubre, la toma de
la sede del PRI municipal en el Puerto, aunque este tema es como el juego
infantil de la papa caliente. Fue un problema que añejaron sus antecesores,
Marlon Ramírez Marín y Arianna Ángeles Aguirre, pues al no pagar luz y agua, el
edificio lleva ya un año cerrado y le reventó la molestia a la nueva
dirigencia.
Y como si eso no bastara, luego surgieron
inconformidades por la renovación de la dirigencia municipal del PRI en
Coatzacoalcos, por lo que los están acusando de imposición. Lo anterior además
de terminar de desgastar la marca-partido, le viene a complicar al PRI dos
temas por demás prioritarios: la posible alianza local con el PAN y el PRD y,
por supuesto, los resultados electorales a 207 días de los comicios.
¿En verdad querrá ir el PAN con un partido
que se les está desbaratando en las manos? Es cierto que no se pueden dar el lujo
de despreciar los 5 o 7 puntos que traía el PRI, antes del cambio de
dirigencia, como voto duro, pero, a cómo van las cosas, les pueden aplicar esa
de que dime con quién andas y te diré quién eres, por lo que más vale solo que
mal acompañado.
En fin, que mientras siga predominando
esta anarquía priista, son votos los que cada día se van restando; o se dejan
de lado egos y se aplica la famosa operación cicatriz de la que antaño eran
expertos o terminarán por ni siquiera alcanzar el registro en el estado.
@YamiriRodriguez
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