Yamiri Rodríguez Madrid
Esta semana ha sido negra para el círculo
político veracruzano. Dos muertes se registraron el lunes: la del panista Abel Cuevas
Melo y la de Alejandro Gómez Cazarín, hermano del presidente de la Junta de
Coordinación Política del Congreso Local, Juan Javier Gómez.
Abel Cuevas Melo fue un muy destacado
panista veracruzano. Su muerte ha causado pena no solo al interior de su
partido, sino en muchos otros políticos que lo trataron, pues siempre fue un
caballero, que defendía sus ideas con argumentos. Contador de formación, como muchos panistas
que hoy están en peligro de extinción, inició en la iniciativa privada, como
productor de café en su natal Coatepec a inicios de los 90’s.
A la par se involucró en el PAN y, en el
94, fue nombrado secretario de Promoción del Comité Directivo Estatal y así
inició una carrera política cuesta arriba que prometía aún más. Cuevas Melo tuvo diversas carteras en el CDE
albiazul, como secretario Administrativo, secretario general Adjunto y secretario
general.
Fue también, de 1997 al 2000, Diputado
Federal Suplente por el PAN y, del 98 al 2000, diputado local. Del 2000 a 2003,
diputado federal; delegado federal de la entonces Sedesol y, entre los más recientes
cargos que ocupó, fue el de Oficial Mayor de la Secretaría de Educación de
Veracruz (SEV), en el bienio de Miguel Ángel Yunes Linares. Pudo seguir, pero
hace poco más de un año sufrió un accidente en casa que lo minó a sus 58 años.
Unas horas después, el mismo lunes 13, se
dio a conocer la muerte de Alejandro Gómez Cazarín. Si bien era oriundo de Hueyapan
de Ocampo, su carrera política estaba fincada en Campeche; al igual que su
hermano, era presidente de la Mesa Directiva del Congreso Local, pero en dicho
estado. Apenas el 1 de noviembre había sido destituido y, en la sesión, hubo
golpes, 20 detenidos y armas incautadas. Se había ausentado precisamente porque
estaba enfermo.
“Las puñaladas, puñaladas son. Me
están orquestando todo un embate feroz en todos los niveles. No me voy a dejar
y, en su momento, sacaré todas las evidencias que tengo, y voy a desnudar a
cada uno de estos sectarios y traidores. Ahora resulta que, en pocas palabras,
me quieren desaforar”, fue uno de los últimos mensajes que escribió el líder
morenista en sus redes sociales.
Fueron dos sentidas muertes, cada una en su partido,
por lo sorpresivas que resultaron.
Descansen en paz.
@YamiriRodriguez
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