miércoles, 3 de agosto de 2016

SAS, MÁS y los atentados ambientales



Por Yamiri Rodríguez Madrid

Desde la semana pasada, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, los habitantes han vivido la escases de agua, esto debido a los problemas que existen entre el Sindicato del Sistema Metropolitano de Agua y Saneamiento (SAS) y el Grupo Más por la reinstalación de mil 200 trabajadores; aunque lo peor, es que no tienen para cuando solucionarlo.
Ya van dos sabotajes en la infraestructura hidráulica que dota de agua a la población y el Grupo Mas, papando moscas: supuestamente la empresa mixta se formó para brindar a los habitantes de los municipios de Veracruz y de Medellín de Bravo un “servicio de agua de calidad, que se convierta en un referente de excelencia tanto en México como en otras partes del mundo”.  Ahora su director, Arturo Zorrilla (quien por cierto tuvo un pésimo papel a su paso por la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Xalapa con las constantes fugas y las cuadrillas inoperantes), reconoce que no tienen la experiencia para manejar y cuidar la infraestructura.  Pedirle a la población que denuncie si ve a personas extrañas cerca de sus instalaciones resulta ridículo.
Y es que cuando al Grupo MAS se le dio la concesión hizo su compromiso para aplicar “toda su experiencia y profesionalismo para optimizar el servicio y preparar a las ciudades para los crecientes desafíos que vivirán a largo plazo”: van más de diez días y no ha podido dar respuesta.
Los restauranteros, han puesto sobre la mesa, que cada pipa les cuesta mil 400 pesos pues, ¿quién entraría a un restaurante cuyo baño está peor que el de una gasolinera?, pero, ¿y las familias?, ¿los enfermos?, ¿los ancianitos y bebés?, ¿la preparación de los alimentos?, ¿los que no tienen cisterna ni dinero para pagar la pila?
Si en el hipotético caso de que fuera el sindicato quien esté rompiendo las tuberías para presionarlos, se trataría de un acto terrorista, pues es atentar directamente contra la población, pero además pondría de manifiesto la falta de oficio y pericia de la empresa, para contratar seguridad que vigile las instalaciones.
Y si no es el sindicato, ¿Quién es entonces? ¿Quién se ve beneficiado de que el sindicato parezca el villano?
Resulta un pecado que siendo un recurso natural no renovable se desperdicie por intereses monetarios; que padeciendo el tandeo en otros tantos lugares, el agua sea derrochada a placer de las partes, cuando todo apunta que las guerras en el futuro serán por el dominio del agua.
Más allá de todo, ambas partes se están llevado, como se dice coloquialmente, entre las patas, a los veracruzanos.
@YamiriRodríguez



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