Por Yamiri Rodríguez Madrid
El pasado 30 de junio, en Villahermosa,
se efectuó la Primera Reunión de Análisis de la Estrategia (RAE) para fortalecer
la implementación del Plan de Negocios 2017-2021 de Petróleos Mexicanos (Pemex)
en Tabasco, Chiapas y sur de Veracruz.
Ahí, se revisaron objetivos estratégicos, iniciativas,
indicadores y acciones tácticas en materia financiera, relación con clientes,
procesos internos y tecnología. De acuerdo con el comunicado oficial, en total fueron 20 acuerdos que se
asumieron para la optimización de costos en la operación y mantenimiento de los
pozos, equipos e instalaciones, incremento en la producción de aceite y gas,
incorporación de reservas mediante la perforación de pozos exploratorios,
confiabilidad operativa de transporte y recolección de hidrocarburos y para la
integración de una cartera de proyectos rentables, entre otros.
Y es que Veracruz aparece como una de las cuatro
entidades en el país donde mayores pérdidas económicas registran año con año, a
consecuencia de las tomas clandestinas.
De acuerdo con una nota de El Financiero, publicada este miércoles,
Pemex perdió en 2016, 59 millones de pesos diarios por la extracción ilegal de
combustibles en Puebla, Guanajuato, Tamaulipas y nuestro estado, el equivalente
dicen a 26 mil barriles diarios. Peor aún es
que el número de tomas clandestinas en el estado pasó de 443 en 2015 a 644 en 2016.
Lo cierto es
que no se ven en Veracruz operativos de vigilancia, mucho menos clausuras para
el cierre de casas que los venden. Hay
comunidades a escasos kilómetros de la capital del estado, en donde se vende
gasolina que es despachada por señoras con una manguera y una botella de
Coca-Cola, pero nadie los ve. Antaño en
tiendas y domicilios se vendía petróleo y gasolina para los quinqués, y para
los automóviles de las localidades, dada la distancia que existía para llegar a
las gasolineras. Eso ya no es un
pretexto.
Bien valdría
la pena que Protección Civil se sumara a las inspecciones de estos expendios,
pues además, al no estar almacenada la gasolina en las condiciones necesarias,
ponen en riesgo la vida de centenares de familias vecinas.
Así, de ser
una potencia petrolera, hoy Veracruz es uno de los imperios del huachicol: cómo
cambian las cosas.
@YamiriRodríguez
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