Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Después de la
andanada de críticas que se desató por el estado en que se encuentran varios de
los edificios históricos del Puerto de Veracruz, el ayuntamiento puso manos a
la obra, aunque eso tampoco dejó contentos a los ciudadanos, y con justa razón.
Antes de
intervenir cualquier edificio histórico, es necesario contar con el aval del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para utilizar las técnicas
y los materiales de la época y no dar al traste con las construcciones que se
han preservado.
Por eso en redes
sociales hay molestia de que hoy se esté reparando el Baluarte de Santiago pues
los ciudadanos tienen la impresión de que se está repellando el inmueble que
está construido con piedra múcura y en el que aún se pueden apreciar los
fósiles de coral.
Este baluarte,
conocido también como el Baluarte de la Pólvora, en pleno corazón del centro
jarocho, en la calle de canal, es el último reducto de los nueve que formaban
la muralla que resguardó a este puerto que está por cumplir sus primeros 500
años.
Hoy es un museo
que resguarda en su interior “las joyas del pescador”, que convive con la
modernidad, con el bullicio de una ciudad que no olvida que ahí libraron
batallas contra los piratas, que fueron fusilados insurgentes y muchas
historias más, por eso les preocupa y ocupa cómo se está restaurando.
Unos metros
cerca de ahí está la sede del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC),
olvidado durante años por nuestras autoridades.
Es deprimente pasar por ahí y ver el estado que guarda el antiguo
convento betlehemita, descascarado, sucio, aunque en las publicaciones
oficiales nos ponen una imagen de hace como 10 años. Este es uno de los
edificios más emblemáticos de la ciudad de Veracruz, pues representa la
arquitectura porteña construida a mediados del siglo XVIII.
Y como estos
muchos otros edificios más que se están perdiendo, ante el descuido o
indiferencia de nuestras autoridades.
@YamiriRodríguez
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