Por Yamiri Rodríguez Madrid
Desde 2012 opera en nuestro país el
Protocolo Alba, el cual tiene como objetivo la coordinación de esfuerzos de los
tres órdenes de gobierno, comprometidos en la promoción y ejecución de
actividades conducentes para la localización de niñas y mujeres con reporte de
extravío. Sin embargo, en Veracruz, esta es inexistente.
Estamos ya en la tercera administración
estatal desde que dicho protocolo entró en funcionamiento y ni una sola vez ha
sido operado, a pesar del número de mujeres desaparecidas en la entidad; a pesar
del número de feminicidios.
De acuerdo con datos de la a
Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres
(Conavim), para cumplir el cometido deben operar instancias como la Secretaría
de Seguridad Pública Municipal a través de la Policía Municipal; la Dirección
de Tránsito; Policía Estatal Única; Procuraduría de Asistencia Jurídica y
Social (DIF); Secretaría de Seguridad Pública federal, a través de la Policía
Federal, la Coordinación de Seguridad Regional, así como de los Centros de
Respuesta Inmediata (CERI); Procuraduría General de la República a través
Policía Federal Ministerial, Agregadurías, SEIDO y de la Fiscalía Especializada
en Violencia contra la Mujer y Trata de Personas; Policía Rural y Comisarías
Ejidales; Secretaría de Gobernación a través de la Conavim y del Instituto
Nacional de Migración; Secretaría de Comunicaciones y Transportes;
Secretaría de Relaciones Exteriores; Consulados; entre otras; en síntesis, es
un ejército de instituciones buscando a una sola persona.
Pero en todo
este tiempo, como ciudadano, ¿usted ha escuchado de este protocolo? Pareciera
que nuestras propias autoridades lo desconocen.
Una cosa es la Alerta Amber, la Alerta Plata y una muy diferente el
Protocolo Alba.
Ante la
violencia feminicida que azota a Veracruz es necesario sensibilizar a las
nuevas autoridades en la urgencia de aplicar este nuevo mecanismo para que,
cuando la familia acuda a interponer la queja no le pidan esperar un
determinado plazo de horas; no les digan indolentemente que tal vez se fue con
un amigo o el novio.
Aplicar cada una
de las tres fases, tal cual se marca, con cada uno de los involucrados, ayudará
no sólo a reducir la incidencia delictiva, sino a salvar vidas que, al final,
es el único objetivo importante.
@YamiriRodriguez
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