Por Yamiri Rodríguez Madrid
A unos días de
que celebremos la Navidad, en cientos de hogares veracruzanos reina la
incertidumbre ante la posibilidad de perder su trabajo; en otros habrá muchas
caras largas en la mesa, al ya haber pasado por el filo de la tijera
gubernamental.
Como en cada
cambio de administración, muchas personas salen para darle paso a nuevos
equipos, aunque, en esta ocasión, están despidiendo a quienes ya llevaban hasta
dos décadas laborando, lo que sin duda dejará cojeando a muchas áreas.
Bien dicen que
nadie es indispensable, pero sí necesarios, sobre todo cuando la gran mayoría
de los que llegan con el gobernador Cuitláhuac García Jiménez no tienen
experiencia en la administración pública.
Le pasó al
presidente municipal xalapeño Hipólito Rodríguez Herrero, quien cuando asumió
el cargo el pasado 1 de enero, a las pocas semanas le cortaron la luz en plena
sesión de Cabildo porque a alguien se le olvidó pagarla o porque tal vez, no
habían contemplado con nombre y apellido, quien asumiría esa responsabilidad.
Se hicieron bolas con el Excel y la nómina y, aunque son funciones tan simples,
son precisamente esa gente que corrieron de años, las que saben el tejemaneje
de cada área, por eso el nuevo mandatario morenista debe evaluar esta
situación.
Tal y como
sucedió con su antecesor, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, quienes con
prepotencia, altanería y desdén llegaron exigiendo renuncias porque “apestaban”
a duartistas, sin valorar siquiera perfiles, ahora los morenistas aplican la
misma: si ya tienen años trabajando en gobierno es porque son corruptos, como
sus ex jefes superiores.
En algunas
dependencias, muy pocas, han por lo menos tenido la decencia de pedir currícula
para evaluar quién permanece y quién no; en otras simplemente preguntan quién
te contrató, cómo llegaste aquí.
Más grave aún es
que pretender quitar a personas que bajan recursos a través de programas
federales y poner en su lugar a quienes no tienen ni siquiera el perfil, lo que
pondría en riesgo su quehacer, como se pretende hacer en el propio Instituto
Veracruzano de las Mujeres (IVM).
Sabemos que así
pasa en cada administración, que en seis años será la misma historia si se da
otra vez la alternancia en el Poder, lo que no se puede permitir es que se use
a Veracruz como escuela de servidores públicos, como laboratorio de
experimentos y que se pisotee la profesionalización anteponiendo las filias y
fobias partidistas.
@YamiriRodriguez
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