miércoles, 10 de julio de 2019

La reserva de Los Tuxtlas, bajo amenaza


Por Yamiri Rodríguez Madrid
Hace apenas unos días, el presidente municipal de San Andrés Tuxtla dio a conocer que el gobierno federal recortó los apoyos del Programa de Pago por Servicios Ambientales a medio millar de ejidatarios que custodiaban las más de 2 mil hectáreas de la reserva.
Se trata de otra noticia catastrófica para el medio ambiente de Veracruz, ya que se trata de uno de los pocos pulmones que aún le quedan a la entidad y al país.
De acuerdo con la información contenida en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), dicha reserva está asentada en los municipios de Ángel R. Cabada, Santiago Tuxtla, San Andrés Tuxtla, Catemaco, Mecayapan, Tatahuicapan de Juárez, Soteapan y Pajapan, con 155,122.46 hectáreas de superficie en donde vive una población estimada de 28 mil 611 habitantes. Su tesoro radica en que ahí existen los bosques de coníferas, de encino, el mesófilo de Montaña, así como selva perennifolia y manglar, con especies como el palo de perdiz, ramón, pochote, burra, higuerón, guabito, mastate, sangre de drago, amargoso, chancho blanco, lagarto amarillo, laurel, chaca o palo mulato, palo chaca y la higuera dorada.
La Biósfera de Los Tuxtlas es hogar también de fauna representativa como el mono araña, el saraguato negro, el cacomixtle, la nauyaca, el tucán, águila elegante, la paloma perdiz de Veracruz, el hocofaisán, el loro cariamarillo y de otras endémicas como los lagartos alicante de chiszar y de reid, la asterácea, el mimbre o bejuco de tuza, muchos de los cuales seguramente usted nunca en su vida ha visto o había escuchado.
De ahí que el que se dejen de pagar los apoyos a los ejidatarios deja en vulnerabilidad a este punto de la geografía veracruzana pues muchos de ellos no solo dejarán de ser guardianes de la biósfera, sino que incluso podrían convertirse en sus propios depredadores.
La tijera de la austeridad no puede pasar por las áreas naturales protegidas de Veracruz y de México, sobre todo cuando ya son tan pocas; sobre todo cuando el cambio climático ya nos alcanzó. El hombre es el lobo del hombre.
@YamiriRodriguez

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