Por Yamiri
Rodríguez Madrid
Si el presidente
municipal panista de Actopan, José Paulino Domínguez Sánchez creía que las
aguas se habían calmado en su terruño tras el asesinato del periodista Jorge Celestino
Ruiz Vázquez, estaba por demás confiado, pues una tormenta se ha formado ya
sobre su destino político.
El Congreso
Local inició el año con una prioridad en su agenda: analizar el oficio enviado por
la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, por el cual le solicita la
suspensión y revocación del mandato del munícipe, pero también de su síndica, Lucero
Yazmín Palmeros Barradas.
En estos dos
años Paulino Domínguez se ha enfocado en crearse un coctel de problemas: las
amenazas contra el hoy occiso que los deudos aseguran; presuntos actos de
corrupción a través de llamadas telefónicas y mensajes de voz con la síndica, ordenando
plazas para aviadores y, lejos de concentrarse en arreglar sus asuntos, enfocó
baterías contra su ex tesorero, Pedro “N”, hoy vinculado a proceso y fuera del
Ayuntamiento de Tuxpan, donde se fue a cobijar tras el pleito con Paulino,
aunque esa es harina de otro costal.
Y es que cuando
el río suena, agua lleva, y para mala suerte del edil, él lleva el mismo caudal
que el Grijalva o el Usumacinta, pero en problemas. Podría correr la misma
suerte que su correligionario el ex presidente municipal de Medellín de Bravo,
Omar Cruz Reyes, señalado de haber asesinado al comunicador Moisés Sánchez
Cerezo y quien sigue prófugo de la justicia.
Recordemos que
el año pasado esta Legislatura disolvió los poderes en Mixtla de Altamirano
tras el asesinato de la presidenta municipal, en aras de coadyuvar a la
solución del conflicto. En Actopan los ánimos están demasiado calientes y las
tropelías, al parecer han sido muchas. La permanencia del munícipe y sus
secuaces tiene ya fecha de caducidad.
@YamiriRodriguez
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