Por Yamiri Rodríguez Madrid
Ayer platicábamos
del pésimo trabajo del secretario de Salud en Veracruz, Roberto Ramos Alor,
pero no podíamos pasar por alto la pifia de la secretaria de Turismo, Xóchilt
Arbesú Lago, quien se aventuró a promover las playas de Poza Rica. Está bien
que ella sea oriunda del sur de Veracruz, pero dada la posición que tiene en el
gabinete estatal, su desconocimiento de la geografía veracruzana es un pecado
capital.
Desafortunadamente
la falta de perfiles ha sido una constante, tanto en el gabinete federal, como
en el estatal y en los municipales. No
basta con ser honestos y buenas personas, sobre todo cuando Veracruz es una de
las entidades que mayor número de problemas ha enfrentado por las malas
prácticas en el gobierno.
Es tan grave el
tener funcionarios que le meten la mano al cajón, como tener a los que
desconocen de sus funciones. Si bien Arbesú Lago era de las que menos peor lo
estaban haciendo en el gabinete morenista, su metida de pata fue un error
garrafal, que se prestó al pitorreo, pero que también nos preocupó por el
destino y rumbo que le están dando al estado.
Ni su Maestría
en Gobierno y Asuntos Públicos por la UNAM, ni el haber sido presidenta
fundadora de un colegio particular en su natal Minatitlán, le dieron a la
Secretaria de Turismo lecciones de geografía
veracruzana.
Ya los medios de
comunicación la habían exhibido meses atrás porque hasta los chicles y las
papitas facturaba a nombre de la dependencia; se nota que tanta chatarra la
hace alucinar de que en Poza Rica, histórica ciudad petrolera, hay playas
azules y de arena dorada, cuando las más cercanas para ese punto son las de
Tecolutla.
El empirismo en
el gobierno nos está cobrando la misma factura que el haber estado plagados de
corruptos: un estancamiento de Veracruz del que difícil se ve que podamos salir
bien librados.
@YamiriRodriguez
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