Yamiri
Rodríguez Madrid
El otro día, mientras se desarrollaba un
partido de futbol en una cancha de Coatepec, escuchaba a un grupo de jóvenes
conversar sobre sus trabajos, mientras esperaban su turno de enfrentarse en la
cancha. Hablaban sobre los que las
empresas de la región les ofrecen y sus deseos de superarse. Mientras se
tomaban unas cervezas en la grada, comparaban a quiénes de ellos les iba mejor,
si a los que trabajaban en la Coca-Cola o en la Nestlé, las dos empresas más
grandes que se ubican en ese municipio cafetalero.
Uno de ellos era licenciado en Administración
de Empresas, sin embargo, entró por el área de mantenimiento y les contaba a
sus amigos que él quisiera entrar al administrativo, pues ahí tienen un horario
fijo y ganan mejor, no que a él, le cambiaban el turno constantemente, pero
para poder llegar a las “oficinas”, tendría primero que darse la renuncia o el
despido de alguien de ahí y formarse en la larga fila.
Cuando comenzaron a comparar ingresos, se
dieron cuenta de que la diferencia de sueldos entre Nestlé y Coca Cola era de
500, 600 pesos; es decir, ya libres ganan 5 mil 500 pesos a la quincena. Once
mil pesos al mes en un trabajo por demás extenuante y en el que pocas posibilidades
tienen de ascender. Pero tienen que
aguantar, porque no hay donde más ocuparse.
Este fin de semana, miles de jóvenes
presentarán su examen de ingreso a la Universidad Veracruzana (UV); otros lo
hicieron ya en el Tecnológico de Veracruz, todos con la esperanza no solo de
entrar, sino de que la carrera que cursen les garantice el éxito, pero dada la
falta de oportunidades que sigue prevaleciendo en muchas regiones de la
entidad, para muchos será muy complicado encontrar un trabajo, dejando de lado
que sea bien pagado y con prestaciones.
Es la dura realidad a la que se enfrentan
nuestros jóvenes veracruzanos.
@YamiriRodriguez
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