A las madres buscadoras de Veracruz
Yamiri Rodríguez Madrid
En este 10 de mayo, para muchas madres
veracruzanas, no hubo nada que festejar.
Tienen días, semanas, meses, años, décadas, buscando a sus hijos, a sus
hijas. A unas se les ha ido la vida y a otras
se las han arrebatado, en ese ir y venir, en la mayoría de los casos, sin pista
alguna de dónde están; como si la tierra misma se los hubiese tragado.
Casi por cada rosa entregada en el Día de
la Madre, hubo una plegaria pidiendo el milagro de que el fruto de su vientre
regrese a sus brazos; otras lo menos que piden es poder darles un funeral, una
despedida a lo que encuentren de sus hijos. Hay casos insólitos donde
desaparecieron a dos o tres hermanos, pero todas, sin importar la edad de sus
hijos, están como muertas en vida, con el cuerpo presente, pero la mente ida.
Nadie debe pasar por alto el dolor de esas
mujeres que, ni en la peor de sus pesadillas, pensaron que los perderían de esa
manera. Ninguna madre, tampoco, debería pasar por ese martirio, pero es la
triste realidad de Veracruz y de México. Se les han secado los ojos de tanto
llorar; sus uñas han rascado la tierra, sus ojos y sus pies no se cansan de
buscar, aunque pocos muy pocos las ayuden.
Ellas marcharon este miércoles en la
capital veracruzana para exigir, una vez más a las autoridades, que encuentren
a sus hijos, que actúen, que hagan su trabajo, que les abran puertas para
seguir cavando con palas, con palos, con sus propias manos, que se identifiquen
los restos de las fosas. Buscan otra vez
en la Academia de Policías de El Lencero el más mínimo rastro, aunque ya hay
nuevas construcciones, aunque cada vez se torna más complicada la situación
para ellas. Somos uno de los estados con más fosas clandestinas en el país y,
por ende, con más madres buscando.
No seamos indolentes con ellas; hoy hemos
llegado a un punto en el que todos conocemos a una persona desaparecida, ya sea
familiar, amigo, vecina, pero todos sabemos un caso; no normalicemos que cuando
entramos a las redes sociales veamos fichas de búsqueda y las pasemos por alto;
compartamos sin importar si no los conocemos, si tiene 5 días o 10 años
desaparecido; siempre hay una madre que no pierde esa esperanza. Seamos
empáticos.
@YamiriRodriguez
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