Yamiri Rodríguez Madrid
Ya en su recta final, el Pleno de
la LXVI Legislatura veracruzana dio un paso significativo hacia la protección
de las mujeres al aprobar un decreto que reforma y adiciona diversas
disposiciones a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y
al Código Penal. Esta reforma, aprobada por unanimidad con 43 votos, establece
sanciones severas para quienes cometan violencia ácida.
Las reformas introducen la
tipificación de la Violencia Ácida como delito, una categoría específica que se
añade a la fracción X del Artículo 7 de la Ley de Acceso de las Mujeres a una
Vida Libre de Violencia. Se define esta violencia como aquella que busca causar
daño físico irreversible mediante el uso de ácido, álcalis, sustancias químicas
o cualquier otra sustancia corrosiva. La respuesta legal a estos ataques será
contundente: penas de prisión que van de los ocho a los doce años, acompañadas
de multas que oscilarán entre 300 y 700 veces el valor diario de la Unidad de
Medida y Actualización (UMA).
Las penas aumentarán en un tercio
si los ataques causan deformidades permanentes o daño significativo a
extremidades u órganos. En casos de deformación facial, pérdida de sentidos o
daño grave al aparato genital, la pena podría incrementarse hasta en una mitad.
Esta normativa se ajusta especialmente cuando las agresiones son cometidas en
razón de género, reflejando una clara intención de abordar las desigualdades y
particularidades de la violencia de género.
Una de las innovaciones más
destacadas es el mandato para que la Secretaría de Salud lleve un registro
detallado de las víctimas de violencia ácida, protegiendo sus datos personales
mientras proporciona información a las autoridades. Además, las instituciones
de Salud deberán informar al Ministerio Público de manera inmediata sobre
cualquier caso de lesiones por ataques con ácido. Esto garantiza una respuesta
rápida y efectiva ante cada incidente.
La reforma también establece que
el Ministerio Público debe asegurar una reparación del daño integral y eficaz,
y decretar las medidas de protección necesarias para las víctimas. Este enfoque
busca no solo castigar a los agresores, sino también proporcionar justicia y
apoyo a las personas afectadas.
La aprobación de estas reformas
en Veracruz es un hito en la lucha contra la violencia de género, aunque aun
hay mucho por hacer. Ojalá que en el
último periodo que les queda, se dé luz verde a la Ley Monse o la que sanciona
la violencia vicaria; son bastantes los pendientes que podrían a salvar vidas
de decenas de mujeres; aún están a tiempo de dejar como legado ser la
Legislatura que más trabajó en pro de las veracruzanas. Todo es cuestión de querer.
@YamiriRodriguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario